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» 23-01-2021 |
Casado aprieta el acelerador. Ahora ya es monotema: denunciar el desastre del Gobierno. Nada importa excepto socavar la credibilidad del gobierno. La sanidad está transferida a las CCAA pero eso no importa, toda la culpa es del Gobierno (cuando las comunidades del PP la están cagando a más y mejor); Pfizer no entrega las vacunas: la culpa es del Gobierno; nieva: la culpa es del Gobierno; Illa es un inútil: la culpa es del gobierno; Illa es candidato a las catalanas: el gobierno es un irresponsable por quitar a un inútil de la dirección del control de la pandemia. La política se ha convertido en algo muy sencillo. No es necesario analizar, pensar o decidir. Simplemente hay que decir que el Gobierno lo hace mal. No importa ni lo que dice, ni lo que hace, ni si cambia de rumbo: en cualquier caso todo es un error. Con estas premisas, cualquier imbécil sin estudios ni máster, sin ideas y sin conocimientos, puede ser candidato a Presidente. Y lo que es peor: cualquiera puede ser político. Estáis cavando vuestra propia tumba como lo hicieron los USAnos abriendo la puerta a un empresario chupa-polítco-fracasado, como Trump. ¿No habéis aprendido nada?
Los ciudadanos ni son tan listos como conviene a los ganadores ni son tan tontos como conviene a los perdedores (y por supuesto no votan para que se produzcan coaliciones). Pero tampoco son gilipollas. Si lo único importante en la política es el agoguerismo, el negativismo, el “de ninguna manera” y el “y tú más”, cualquiera puede ser político y aunque el contubernio entre empresarios y políticos funciona como un tiro desde Reagan y Thatcher, eso no quita que algunos empresarios (ante la desolación racional del panorama) apuesten por prescindir de lo que parece cada vez más prescindible: los estúpidos corruptos.
Vivimos en un mundo que se basa en un sistema de pensamiento metafísico: Pares de oposiciones opuestas: derecha/izquierda, bien/mal, inteligente/estúpido, favorecedor/desfavorecedor, conveniente/inconveniente. Lo que no es bueno es malo. Votar es fácil: simplemente hay que cambiar a lo opuesto cuando las cosas no funcionan. Evidentemente las cosa nunca funcionan
porque no es un juego de suma cero (lo que pierde uno lo gana el otro). Hay que descontar el 10% (con suerte) que es la comisión de los políticos. La cuenta no sale nunca y no queda más remedio que cambiar siempre. Gracias a la estupidez (y la codicia) de nuestros políticos, que solo saben guardar el culo, los ciudadanos operan por prueba y error. Su ronroneo salmódico sobre sus rivales hace tiempo que no es oído por los ciudadanos, y desasistidos, operan los votos a su aire: prueba y error. Y así pasa lo que pasa.
A Casado le importa una mierda los muertos que está produciendo el Gobierno central o los que está produciendo el de Madrid (que no se queda a la zaga). Lo único que le importa es alcanzar el poder (que considera que le ha sido robado fraudulentamente) y para el que dios le preparó por el hecho de ser católico practicante y ultraliberal (a dios rogando y con el mazo dando). Como su partido ha sido pillando con los pantalones bajados en los últimos tiempos (500 casos de corrupción entre los que el acudir dopado a las elecciones es uno de los menos repugnantes) ha iniciado el discurso de la ejemplaridad. No la acción de la ejemplaridad, sino como corresponde a un político típico, el discurso ejemplar: palabras. Evidentemente podría hacer mucho más por la honradez política pero ese no es el caso. No quiere redimir la profesión sino obtener el poder, lo que incluye el poder económico. A Casado lo único que le interesa es retomar el poder para poder “operar” con la máxima impunidad. Si quisiera transparencia, nos habría mostrado sus trabajos de Máster y no solo las portadas.
Ahora está muy nervioso porque el Gobierno se mantiene… a pasar del virus. Además Illa puede mejorar sus resultados en Catalunya sustancialmente (lo de ganar me parece demasiado) lo que significa que la popularidad de Illa es alta. Su plan de hacer una oposición rastrera se ha desbaratado por causa del virus. No se puede ser decididamente rastrero cuando la ciudadanía están sensible: hay que disimular. Pero tampoco tanto como para perder las raíces. Para colmo VOX amenaza con dar el sorpasso en Catalunya, Bárcenas amenaza con tirar de la manta (su mujer está en la cárcel) y su estrategia de achacarlo todo a que el Gobierno pacta con los radicales de izquierdas hace aguas teniendo en cuenta que él también lo hace con los radicales de derechas. Tras la toma del Capitolio por los trumpistas esa relación se ha vuelto tóxica: el horizonte del golpe de estado vuelve a la realidad del PP. Casado está nervioso y esa es la situación en la que se cometen errores. Esperemos.
El desgarrado. Enero 2021.