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» 30-03-2021 |
Si algo ha caracterizado la aplicación de las normas para combatir el virus ha sido su continua contestación por los políticos, los medios y la población. Oyéndolos parece que el Derecho es una cuestión plebiscitaria en la que todos pueden opinar. El derecho positivo es una imposición de nuestros legisladores a la población. sin posibilidad de discusión. Otros políticos vendrán que incluirán en sus programas los cambios legislativos que enmendarán las leyes discutibles (O no. Como hace el PSOE con la reforma laboral o la ley mordaza). No hablaré de la posibilidad de la democracia directa porque en España no existe (los referéndum y las propuestas legislativas populares son consultivos). Es decir: la única posibilidad de cambiar las leyes es cambiar de legisladores, en otras palabras: es una cuestión política. El problema es que los jóvenes (y los no tanto) no tienen ningún interés en la política y sin embargo tienen una intuición difusa pero firme de sus derechos (la justicia) que les impulsa a discutir la leyes individualmente (derecho al pataleo) y no por los cauces comentados.
Curiosamente las razones que esgrimen para no cumplir las normas son las mismas que esgrimen los políticos cuando no les interesa cumplir las leyes: no es lógico, no es de sentido común, es irracional, siempre se ha hecho así, como Dios manda, etc. “razones” que esconden el deseo y los sentimientos (los afectos de Spinoza). Este comportamiento individualista es la puerta por la que los políticos tratan de escamotear la soberanía popular a la democracia, sustituida por un pragmatismo que apenas esconde la oligarquía. Resumiendo: que tras esta “lucha de razones” lo que se esconde son los deseos y los sentimientos que para nada tienen que ver con la razón. Para los jóvenes los derechos vienen del cielo (como la ropa se lava y plancha por arte de magia y la comida está en el plato sin causa aparente, la libertad es inalienable y la igualdad es automática), sin que se tengan que involucrar en política (me refiero a simplemente informarse y votar). No es así. El ojo del amo engorda el caballo y aquí el amo es el ciudadano y el caballo son los derechos individuales. Los políticos son dados a aprovecharse y si no se les vigila de cerca… lo hacen. Ser adulto quiere decir que los automatismos desaparecen y cada uno, no solo se convierte en el autómata de sus hijos sino que tiene que vigilar a los políticos aprovechados.
La policía irrumpe en un domicilio en el que había una fiesta. Previamente hay una conversación en la que los moradores esgrimen sus derechos. No abren y la policía irrumpe. Invocan la ley mordaza y el hecho de que sea un piso turístico. Se dice que las penas administrativas son tan tenues que se pueden asumir y seguir con las fiestas. La Constitución ampara la inviolabilidad del domicilio. Solo el flagrante delito hubiera justificado la irrupción. Pero la fiesta no es un delito sino una falta administrativa (por eso se puede aplicar la ley mordaza). Hacía falta una orden judicial. Al final la razón será de los moradores, con el daño que eso hace a la autoridad de las normas de obligado cumplimiento, haciéndonos exclamar: ¡no hay justicia!. Empieza el juicio contra los policías asesinos de Floid en USA. La técnica de la rodilla en el cuello se sigue aplicando por la policía en todo el mundo. Evidentemente contra los marginados y las minorías. Todavía recuerdo el escándalo de la mano en la cabeza de Rato. La ley mordaza convirtió gran parte de delitos en faltas administrativas que pueden ser “juzgadas” (y castigadas con cuantiosas multas) directamente por la policía. Ahora la estratagema se les vuelve en contra: no pueden entrar sin orden judicial si no hay delito flagrante pero la ley mordaza solo es para faltas administrativas. ¡Estáis jodidos!
Comentando este asunto un tertuliano de ARV de la sexta dice: “se sabían las leyes que les amparaban pero les parecía bien no aplicar la ética para que no hubiera fiesta o para evitar contagios a sus conciudadanos, y no tuvieron la “decencia” de abrir la puerta. Es claro que el concepto de decencia de este tertuliano es especial. La policía coincide: no abrir es resistirse a la autoridad (en el caso de que eso sea indecencia). Pero lo importante es la aplicación del giro ético (la conversión del derecho en moral). El tertuliano confunde el derecho con la ética… interesadamente. Cuando el derecho se convierte en moral, el derecho ha muerto. Y aunque el derecho y la justicia no coinciden es evidente que sin derecho la justicia se quedará coja. El derecho no es la justicia, por eso todos se atreven a discutirlo, precisamente en nombre de la justicia. Porque la justicia es patrimonio de todos y el derecho patrimonio del legislador (y el legislador es político)… desde que los ciudadanos abandonaron la política. Unos, del todo y otros, en su función de información/vigilancia de los políticos. Y así nos va.
No hay derechos sin lucha, sin exigirlos continuamente y partirse la cara por ellos. Desde los años sesenta nuestros derechos no han hecho sino decaer. ¿Coincide con el alejamiento de los jóvenes (y no tanto) de la política? Por supuesto. Sin ciudadanos vigiladores los políticos se desmadran y todos sabemos lo que quiere decir eso: recortes de derechos, corrupción, prebendas sin cuento (corruptelas, despilfarro como arma electoral, dopaje de las elecciones) para los políticos y los poderes fácticos (fiscales, legislativas, ayudas y subvenciones), persecución de los disidentes, etc. Con los 35.000 millones € del rescate de la SAREB el rescate de los bancos alcanza más de 100.000 millones €, el 10% del PIB. Añádele los 80.000 millones € de la corrupción y los 200.000 millones € del despilfarro, los 20.000 millones de la brecha fiscal con los poderosos y tendrás una idea de lo que te cuesta no interesarte en política: el 40% del PIB. De cada 10 € que ganas 4 se van por el desagüe. ¿o te pensabas que tus impuestos van a la sanidad, la educación o las pensiones? ¡Espabila Favila que es un oso!
Quería explicaros que la Covid ha exacerbado nuestra percepción de los derechos individuales y el rechazo al derecho positivo, pero la cabra tira al monte. ¡En fin!
El desgarrado. Marzo 2021.