» 16-05-2021

La resaca del coranavirus 56. La irresponsabilidad de los jóvenes. Las claves.

Los medios se ceban en los jóvenes y en su irresponsabilidad. Es una manera de no hablar de los políticos y su irresponsbilidad, de los medios y su irresponsabilidad, de los educadores y su irresponsbilidad. Los periodistas son a los políticos lo que los policías a los ladrones: dos términos opuestos pero que se necesitan irremediablemente. Eso, sin contar los que están en nómina. Tal como se explica parece que los jóvenes han tomado la decisión de ser irresponsables, ¿pero es así?, ¿Es simplemente irreflexión o existen muchas más razones (muchas de ellas ajenas a su decisión) que determinan su conducta. Pasen y vean el cúmulo de “razones” que determinan su conducta.

 

1) La neurobiología. El cerebro reflexivo es el más moderno de nuestros cerebros aditivos. Su maduración reflexiva no se produce hasta los 25 años. Pero eso no quiere decir que cerebros más antiguos de la emoción, los sentimientos y la socialización (¡y del sexo!), no maduren mucho antes. Ese desfase en la maduración produce lo que llamamos la adolescencia: un desajuste hormonal que se refleja en un desajuste conductual. Cuando decimos a un joven: ¡madura! lo que estamos implorando es que cumpla los 25 años. Eso sin contar que la dependencia -obligada por el mercado laboral- de los hijos hacia los padres puede retrasar esa fecha. Solo una pincelada de como se produce ese desajuste: “… el (cerebro) de los adolescentes muestra una respuesta creciente a las recompensas en áreas relacionadas con la búsqueda del placer -como en el núcleo accumbens-. Sin embargo, la actividad en la corteza orbitofrontal, que interviene en la toma de decisiones y en la simulación de consecuencias futuras, se mantiene en los niveles de la infancia. La combinación de un sistema de búsqueda del placer maduro y una corteza orbitofrontal inmadura, da como resultado seres emocionalmente hipersensibles y con un déficit para el control de las emociones” (Cotrufo y Ureña, 2018, 84). La muerte es una anticipación del futuro, anticipación que en ellos no funciona: el resultado es que son inmortales. Vean esos vídeos en las que intentan cosa imposibles juegándose la vida y lo comprenderán.

 

2) La pedagogía sociológica. La guerra civil puede ser enterrada en la memoria pero no puede ser enterrada en sus consecuencias sociológicas. Los abuelos de los actuales jóvenes dieron un giro radical a lo que hasta entonces había sido una educación dictatorial (lo peor de las dictaduras es que trascienden en las prácticas sociales)., Y ese giro fue radical: todo lo que había sido imposición se convirtió en permisividad. Es lo que dice la ley del péndulo: cuando se fuerza hacia un lado, al soltarlo, se va al otro. Para nada se queda en el centro. Los padres quisieron para sus hijos lo que ellos no habían tenido, y lo que no habían tenido era libertad (con permiso de Diaz). Pero hay otro aspecto de la pedagogía determinante: la formación de las nuevas generaciones fue formidablemente más extensiva-intensiva. Los jóvenes, a los pocos años se creían más listos que sus mayores (lo eran en lo teórico pero no en lo experiencial). Solo faltó la ruptura informática para que los jóvenes llegaran a la conclusión de que sus padres eran irremediablemente lelos. Tomaron las riendas de su vida confundiendo lo académico con lo vital.

 

3) La política. A los políticos nunca les ha interesado que los ciudadanos piensen. Los prefieren emocionalmente comprometidos. Una vez producido el boom de la educación masiva e intensiva (la educación se convierte en un negocio capitalista) ese anhelo se desbarata. Entonces los políticos se decantan por la desinformación: intoxicar con informaciones contradictorias y muy difíciles de aclarar hasta que los ciudadanos vuelvan al voto por emoción. Eso requería polarizar la sociedad y a eso se afanaron. Las diatribas comunismo o libertad, fascismo o comunismo, libertad a la madrileña (como si la libertad fuera una cuestión nacionalista: de un pueblo) de la reciente campaña madrileña,  son suficientemente explicativas: no importa el análisis reflexivo, solo importan las adhesiones incondicionales que surgen de la emoción deficientemente informada, y para nada de la razón. Pero esas geniales estrategias producen monstruos (como antaño el sueño de la razón). La desafección de los votantes por los políticos es exponencial. El pueblo vota porque la jornada electoral es la fiesta de la democracia: vota como quien se manifiesta, por sus emociones, hábilmente manipuladas por los expertos y las redes sociales (o las granjas de boots, si a mano viene), pero no vota programas ni acciones sino que vota imágenes, eslóganes, o apariencias de cambio. Los ciudadanos no entienden lo que dicen los políticos porque los políticos no quieren ser entendidos. Y con esa visión sesgada de su mensaje reducido a dos palabras, votan. La palabra ahora es libertad que -como muy bien dijo Diaz- es hacer lo que te de la gana. De la democracia solo han entendido que hay que votar… los que lo han entendido.

 

4) El triunfo. El capitalismo (la única opción social, hoy activa) propone la competitivad a ultranza. El triunfo es determinante. La mayoría de los hinchas de fútbol no lo son por los colores o por la regionalidad, sino por los oros y los triunfos (por eso son irracionales). ¿Funcionaría un juego de cartas (o de lo que sea) si se hicieran encuestas prospectivas? Evidentemente no. Las encuestas son una manera de dirigir el voto hacia los triunfadores (lo que hace que manipularlas sea importante). Pero lo importante es que todo el afán de un joven está dirigido al triunfo (escoger pareja, carrera, profesión, partido político o equipo de fútbol es escoger la opción ganadora). Pero lo que subyace es la dominación (tanto en el capitalismo como en en el horizonte de vida de los jóvenes). Ganar sea como sea y reventar las normas, oponerse al poder, aumentar su autonomía, empoderarse. La pulsión de los jóvenes de enfrentarse a lo establecido es su manera de ningunear lo establecido y de afirmarse. Lo biológico ayuda pero el capitalismo ha sabido canalizar esa dominación que el comunisimo (en teoría) trató de disolver.

 

5) Los medios. El contubernio de los medios con la política ha conducido a que las noticias no interesen para nada a los jóvenes. Que se hayan inventado otros canales (codicia empresarial, aparte) es porque los medios tradicionales no conectan con los jóvenes. Para acabar de arreglarlo se ceban en sus conductas sin analizar sus razones. Las redes sociales son alternativas,  excluyentes de la TV, de las noticas institucionales, del adoctrinamiento. Nunca analizamos las redes por su valor de alternativa. Nos centramos en sus peligros sin analizar su valor de revolución. ¡Claro que tras todas las redes está el papá Estado que se aprovecha de los datos que entienden como el futuro. Poco importa que los empresarios se forren y se aprovechen si cuando se les ordena, vierten sus datos en la cesta del poder político. Es evidente que las redes son depredadores socio-económicos poderosos pero también son los medios propios de expresión de los jóvenes.

 

Cinco razones para que los jóvenes sean “irresponsables” y ¿de dónde provienen esas cinco razones? de la biología, la pedagogía, de la política, del capitalismo social y de los medio. ¿Seguro que la culpa es suya? Que no lo entendáis no quiere decir que no exista. ¿O, sí? Por cierto: el que se considere  responsable que tire la primera piedra.

 

El desgarrado. Mayo 2021.

 




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