El turismo es un arma económica. Para muchos países europeos supone una pérdida de divisas (o de balanza comercial en caso de igualdad de moneda), para otros una ganancia. No es de extrañar que cada país quiera aprovechar la ocasión para mejorar sus cuentas. Y España con ochenta millones de destinos turísticos está en la mira. De momento parece que la estrategia es la de los corredores bilaterales. UK ya ha anunciado corredores… con los países que le aportan turistas pero no con los que se los detraen. Evidentemente, no con España. Italia abre sus fronteras en Junio y Grecia y España parece que lo harán en Julio. La UE ya ha anunciado que es un sector prioritario. La pasta es la pasta y a ti te encontré en la calle. La cuestión es que todos los países se aprestan a mejorar su economía a costa de sus vecinos y socios.

El derecho internacional ha sido siempre el todos contra todos. La sanciones internacionales son estratégicas pero escasamente punitivas. Precisamente para eso servía algo como la UE, para aunar voluntades. Pero la UE ha sido un fiasco. Una vez conseguida la libertad de movimientos de trabajadores y de capitales, la unión política, económica, fiscal y bancaria ha sido imposible. Durante esta crisis se ha visto claramente. No ha habido una política común en un caso desesperado, lo que es como decir que en los casos normales será imposible. La UE está muerta. Solo la sostienen los políticos que consiguen puestos donde cobrar, lobbies donde rascar y chanchullos donde enriquecerse… y jugosas dietas que se cobran incluso cuando no se viaja. ¡Qué menos!

La permisividad con los aviones (¿Si el sistema de filtrado de aire es antivírico, por qué no se aplica a todos los locales?) ya ha sido una insensatez… pero era el primer paso para abrirnos al turismo… que es la segunda insensatez. En Octubre tendremos una recaída descomunal que resultará mucho más cara que todo lo que se haya ganado con el turismo. Y nos pillará descorazonados. Las multinacionales del transporte aéreo, de los viajes, de los hoteles ganarán dinero pero los trabajadores no lo ganarán. Serán atornillados como siempre. La maquinaria de que las crisis son para reajustar el mercado laboral funcionará como siempre ha funcionado. Solo hace falta ver como se ha puesto la derechona con el anuncio de la contrarreforma laboral (tenga el alcance que tenga). La reforma laboral que empobreció a cuatro millones de españoles y dejó a otros cuatro al borde de la exclusión social es… ¡artículo de fe! irreformable, indiscutible, intocable. ¡Hay que ver como chillaban todos los ultraderechistas cuando se enteraron! Lo que España necesita, que no es lo que necesitan los españoles, porque España es otra cosa, España es la elite es justicia laboral.

Todos los países establecerán filtros para que los turistas entren pero no para que salgan. Y esas normas no serán de equidad sino de dominación. Ya vimos como Francia no establecía medidas equivalentes con España para la reciprocidad de flujos transfronterizos. Si hasta ahora han sido los científicos los que cortaban el bacalao, a partir de ahora serán los diplomáticos. Y nosotros que somos el culo de Europa lo tenemos crudo. Esos 80 millones de turistas les duelen a muchas economías y ahora tienen bula para detenerlos. Cuando se reparten hostias los más débiles reciben siempre y nosotros, por mucho que se llenen la boca los ganapanes de la política, somos carne de cañón. Nos vamos a jugar la vida para nada. Para que los poderosos sigan ganando a espuertas. Sánchez no perderá las elecciones con el virus sino con las manipulaciones económicas que se producirán cuando parezca dominada. Y la ultraderecha está al loro.

El desgarrado. Mayo 2020