» 13-11-2019 |
Sobre estas tres ideologías (y sobre las ideologías en general) ya he hablado en diversos blogs por lo que me limito a daros las referencias de los blogs en los que se publicaron. Basten pues unas breves pinceladas para introducir el tema. Recordemos que la ideología (Harari) es la ampliación del parentesco por medio de la afinidad. Las bandas de monos, de homínidos y finalmente de hombres se basaban en el conocimiento mutuo reiterado, fruto de la consanguinidad, base de la confianza. Aquello solo daba para un máximo de 150 individuos. Para progresar era necesario acometer empresas (tecnologías, infraestructuras, guerra) que requerían un mayor número de individuos. Para ello se amplió el escalón de parentesco al de la ideología: afinidad de ideas. Los individuos se reconocían pertenecientes a un grupo si compartían ideas: origen, cosmogonia, dioses, religión, tradición, hábitos, intereses, etc. Con el tiempo (mucho) los individuos que comparten ideas religiosas, políticas o científicas, constituyen una fratria cuya verdad es el dogma ideológico que comparten.
Ideología y dominación van de la mano. Someter a un colectivo por la fuerza es agotador. La ideología se muestra como la mejor arma para obtener la servidumbre voluntaria. Los mitos, los ritos, los dioses, la religión, la secta, han sido instrumentos de las ideologías que han servido al fin de la dominación: los faraones descendían de los dioses y los reyes absolutos lo eran por la gracia de dios. Llegó un momento en que la ilustración se extendió y el protestantismo instauró la religión personal en la que la riqueza no era una ofensa para Dios, y ya no bastó con la verdad religiosa para someter al pueblo. La burguesía (los autónomos de la época) pedían paso a los aristócratas y al clero. Tras unas cuantas revoluciones en que hubo que pasar a cuchillo a aristócratas y clero la burguesía se asienta en la sociedad dividida en dos facciones: los conservadores y los liberales. Los primeros (herederos de los terratenientes nobles) pretenden perpetuar el status quo de los propietarios; los segundos pretenden desmontar el aparato del estado absoluto para fundar un estado disminuido basado en la libertad de pensamiento. Unos y otros constituyen el capitalismo.
La revolución industrial había empezado antes que la revolución francesa. La burguesía toma el mando y se convierte en el capitalismo industrial, profundamente liberal en contra de cualquier tipo de estado que constriña la iniciativa privada. El creciente estado de depauperación y explotación de los trabajadores hace surgir el socialismo como ideología liberadora de la dominación. A conservadores (la antigua aristocracia, los propietarios) y los liberales (la nueva burguesía industrial) se añaden los obreros (el socialismo). Marx pensó que el socialismo triunfaría empezando por los países más desarrollados. Se equivocó. La revolución rusa (uno de los países más atrasados de Europa, con una monarquía absoluta) fue la primera en aplicar el socialismo de estado: el comunismo. No sería el único. Pronto habría dos bloques opuestos: comunismo y capitalismo que compiten por los recursos. La dictadura del proletariado (aquellos cuya única riqueza es la prole) convierte el comunismo en totalitarismo mientras el socialismo se refugia en los parlamentos democráticos. Frente a ambos bloques, y con la consigna de salvar al mundo de sus dos bestias negras, surge el fascismo, totalitario por un lado y pragmático-aideologíco por otro. Con el fin de la segunda guerra mundial el fascismo se hace parlamentario y se presta al juego democrático. El resto ya no es historia, es actualidad.
Tenemos pues ahora mismo, un capitalismo aristocrático de terratenientes herederos de la nobleza: los conservadores; los partidarios de la relegación del estado a la mínima expresión, desreguladores y librepensadores: los liberales; una facción extrema de los liberales insaciables devoradores de capital, aliados con los políticos y gestores en un contubernio letal: los ultraliberales; unos socialistas parlamentarios: los socialistas; los herederos del comunismo totalitario reconducidos al parlamentarismo: los comunistas (con diversos nombres); una ultra-derecha que abraza el dogma del fascismo en su totalidad, excepto la violencia y que se pliega a los usos democráticos a regañadientes. Cada una de estas ideologías tiene sus partidos políticos, sus secciones, sus secesiones y sus mezclas. Cada una de ellas tiene su verdad.
Filosofía y política 7. Heidegger y el fascismo. Habermas.
Filosofía y política 6. Ideologías.
Filosofía y política 9-1. La revolución. Hanna Arendt. Habermas.
Relato 1. El origen del relato.
El desgarrado. Noviembre 2019