» 13-04-2024

Lecciones de política alternativa 102-8. Rancière. El velo islámico 2. Víctimas culpables.

En pleno debate sobre el velo un diputado propuso, como solución para erradicarlo, una multa de 1.500 € para las mujeres que lo llevaran. La medida -encuadrada entre las pragmáticas- penalizaba a las víctimas si, como parecía apuntar el espíritu republicano, el velo era un recorte de libertades individuales y el signo de la opresión… por muy “voluntario” que fuera su porte. Esa inversión de víctima a culpable tiene una dilatada historia.

 

La igualdad, la libertad, la democracia no son la norma sino la excepción. Desde el principio de la humanidad (y en aplicación estricta de nuestro pasado animal) la dominación, la sojuzgación y la tiranía han sido la situación generalizada contra la que hay que luchar para obtener un mundo mejor. El poder es una situación. Aquella en la que se sitúan los que siguen el curso “normal de las cosas”. La tragedia griega nos muestra la desgracia (inversión) que sufren los poderosos. Incluso somos más sensible al espectáculo del poderoso en desgracia que al del oprimido en la misma situación, quizás porque la distancia es menor (menos espectacular) en este último. Pero el poder (desigualdad, opresión, tiranía) es muy costoso mantenerlo por la fuerza y deben ser halladas formas de que los desfavorecidos “colaboren” en el mantenimiento de la desigualdad, sean estas ventajas en el nivel de vida, en la opción de oportunidades, ofreciendo la ideología adecuada, el mejor señor (dios incluido), o  modificando cualquier otra situación que aumente la desigualdad, “normalizando” o volviendo corriente esa situación. 

 

El poder no tiene ideología (entendida como la continuación del parentesco por otros medios: Harari. Es decir, un nexo de unión social no parental) por lo que la única opción -si esta es la ventaja escogida- es apropiarse de las ideologías ajenas, y sin otra ideología que ofrecer a cambio, se impone la inversión de la misma,.  Esta campaña ideológica -que ha arreciado a medida que los medios de comunicación ampliaban su radio de acción- es desde hace treinta años el pan nuestro de cada día en el circo político. “Se ha esforzado por señalar la revolución francesa como origen de los totalitarismos del siglo XX (Por lo tanto, también del fascismo de Mussolini) y, a continuación, criminalizar todos los movimientos de emancipación y todas las luchas sociales del pasado. Primero se acusó a las teorías maléficas y a los aspirantes a dictadores que habían explotado la lucha de los oprimidos en su beneficio, pero no se tardó en tomarla directamente con estos últimos. Se descubrió que eran ellos los verdaderos opresores. Llegó un momento en el que cualquier huelga de trabajadores se equiparaba a una toma de rehenes dirigida a defender las ventajas de categorías privilegiadas. Al mismo tiempo numerosas ideologías denunciaban la tiranía de las víctimas, la que ejercían pueblos a los que se había privado de su tierra o de sus derechos” La imagen desgarradora de un niño palestino muerto en brazos de su padre fue descalificada en tres pasos: primero no era algo digno de apelar a la compasión; segundo el niño estaba en perfecto estado de salud; tercero había sido asesinado por disparos de su propio bando. (Rancière 2023, 

 

" A partir del momento en que los oprimidos de ayer se habían convertido en privilegiados y tiranos, era lógico que los poderosos tomaran el espíritu de víctima. Esta apropiación fue posible a raíz de los atentados del 11 de septiembre” (Rancière 2023, 78). Además de la compasión hacia las víctimas se produjo un giro que George Bush supo aprovechar a la perfección: "La superpotencia estadounidense se convertía en la víctima por excelencia, pasaba de ejercer su vigilancia policial por todo el mundo como defensa universal de las víctimas. Y todos los países ricos se solidarizaron con esta empresa. Desde entonces los poderosos de este mundo no han dejado de hacerse los torturados. Cualquier político cuyos mediocres manejos salgan a la luz denuncia a voz en grito el hinchamiento mediático o, si goza de cierto renombre, cualquier artista acusado de violación a menores se convierte en víctima de un linchamiento jurídico. Recientemente un filósofo alemán apelaba a los ricos rebelarse contra la “cleptocracia” organizada por el Estado para servir al resentimiento de los pobres” (Rancière 023, 79).

 

Pero no siempre es así, a veces los políticos muestran cierta consideración hacia las víctimas (!). Se ha dado el caso en la tramitación de la ley sobre el uso del burka. La forma de reparar la humillación impuesta a las mujeres por la obligación del uso del velo consiste en pagar una multa de un importe de 1500 €. Es la fórmula propuesta por un representante electo. "En tal caso, sería lógico hacer pagar una gran multa a todas las víctimas de violación. También podríamos extender el principio multando a cualquier víctima de violencia o de injusticia… por supuesto, las víctimas del “linchamientos” mediáticos o judiciales, O tirarían similares, quedarían exentas” (Rancière 2023, 80). El pragmatismo, aquel "teníamos un problema y había que solucionarlo”, de Aznar, no siempre es la mejor solución, sin olvidar que es una de las premisas del ideario fascista. 

 

El desagrado. Abril 2024.




Published comments

    Add your comment


    I accept the terms and conditions of this web site