» 10-07-2024

Los errores de la humanidad 7. La tecnología

El segundo de los métodos que utilizan esos sujetos (Dios, hombre/genero, políitico/clase) para encaramarse a la unicidad, para borrar a todo competidor, a toda pluralidad, es la tecnología. La tecnología es la ciencia aplicada, la ciencia como objeto de consumo. Empecemos por la ciencia que es un medio de descubrir la verdad del mundo… evidentemente para dominarlo. La ciencia se origina en el sistema metafísico en competencia con la filosofía (con el mismo fin pero con la racionalidad como mecanismo fundamental -y único- para alcanzar esa verdad). La ciencia supera la inducción y la deducción en la abducción: parte de hipótesis -desarrolladas filosóficamente- que comprueba en lo real mediante la deducción y el experimento en lo que se ha llamado el método hipotético-deductivo. Es como una filosofía hipotético-experimental. La tecnología son las aplicaciones de la ciencia a la vida cotidiana, objetos que nos hacen la vida más fácil o más placentera. Debido a su extraordinaria variedad, soporta fácilmente el consumismo que recordemos que supone el consumo como fin y no como medio y por ende, la fetichización de la mercancía. La mercancía como obeto de deseo. La tecnología empezó siendo el maquinismo del desarrollo, la industrialización, pero la miniaturización, la electrónica y el abaratamiento  han conducido a multitud de gadgets que lideran el consumo, entre los que el teléfono/navaja suiza, es el más importante. La cultura de las pantallas ha sido el resultado. 

 

Hemos pasado de una cultura del lenguaje a la de la imagen con lo que ello significa: la desaparición de la abstracción a manos del lenguaje directo: la orden. La llegada de internet y las redes sociales han creado una hiperconexión global (en el lenguaje universal de las imágenes) que nos hiperrelaciona. Pero también nos ha situado en el fin de la metafísica como sistema de pensamiento universal tras la que solo puede llegar el sistema de pensamiento cibernético, en el que la universalización se producirá por las bases de datos, el pensamiento relacional por la computación, la abstracción por el algoritmo, y las leyes serán tantas y tan prolijas que no servirán como guía de conducta sino como control y represión: como conformación de la conducta. El -alguna vez planteado gobierno global- se plasmará en las multinacionales en vez de en los gobiernos nacionales, que estarán a su servicio. El “gran hermano” de  Orwell es ya una realidad y la intimidad una antigüaya: la máxima exposición es el nuevo rasgo de integración social. La publicidad se personaliza y la fabricación también (sustituyendo la universalización generalista por el caso concreto individual). Todas las pantallas está interconectadas por el lenguaje común digital y la inteligencia artificial (IA) preocupa… como si nuestras vida no estuviera ya mediatizada, expuesta, controlada. No serán las máquinas las que nos controlarán porque ya estamos controlados. Por la tecnología.

 

La tecnología nos ha procurado el lenguaje universal, global, y por tanto único en el que toda individualidad (intimidad) ha sido borrada, en un algoritmo general, personalizado. Y quienes manejarán esa superestructura de control serán las multinacionales, los comerciantes. Los primeros especuladores y los definitivos. Desaparecido el pequeño comercio, a pie de calle y especializado, gigantes como Amazon subvendrán todas nuestras necesidades (caprichos), a domicilio (hasta que acaben con la competencia y nos obliguen a recoger los paquetes en sus dependencias) adelantándose a nuestros deseos que habrán conformado previamente. La política se mantendrá como lo que ya es: la ficción de que la igualdad y la libertad son posibles, situaciones éstas que -como anunció Diaz Ayuso- consistirán en la libertad de tomar cañas y de evitar encontrarnos con nuestro ex. La intención de voto será transparente para nuestro yo algorítmico, mejor conocido por los comerciantes que por nosotros mismos. El pensamiento único, la comida única (provista por las multinacionales de la alimentación globales) la educación única… Seremos distintos para los comerciantes pero exactamente iguales como individuos… zombis. La ficción de la igualdad se habrá cumplido cuando en vez de alma tengamos un algoritmo que ni siquiera poseeremos (ni conoceremos) pues pertenecerá a los hipercomerciantes. 

 

El mundo seguirá funcionando como si nada hubiera pasado (la ficción de la normalidad) mediado por instituciones ficticias, personalidades ficticias, políticos ficticios. Un decorado como Matrix, que esconderá la explotación y la utilización de los humanos como simple energía (Equivalente universal del individuo), reducidos a la mínima expresión. Pero no tendrá importancia porque la humanidad estará al borde del colapso, por agotamiento de los recursos que el planeta nos ofrece, por la contaminación atmosférica, química, nuclear. Por la insostenibilidad. Pero será una muerte dulce, narcotizados por la sensación de que vivimos en el mejor de los mundos. O así nos lo parecerá. Quizás para entonces las máquinas y los ciborg habrán alcanzado la independencia y serán capaces de continuar nuestra in-civilización ajenos a la contaminación, al agotamiento de los recursos, a la guerra definitiva. La historia se repetirá y las maquinas esclavas se rebelarán… aunque sólo triunfarán si le conviene al poder. Como siempre ha sido. 

 

Los gadgets son los herederos de la maquinaria industrial pero han cambiado su cometido. De pólipos multiplicadores de la fuerza, capaces de domeñar cualquier resistencia habremos pasado a objetos de deseo y consumo fetichista que nos controlan y nos husmean hasta clasificarnos en un retrato-robot que nos define. Desprovistos de cuerpo para oponernos a la fuerza de la naturaleza y de mente para dominarla nos convertiremos en seres superfluos sólo definidos por nuestros apetitos que ya no serán nuestros, mediados por la publicidad personalizada y el control de nuestros antiguos afectos. La tecnología nos habrá tornado, de personas complejas a simples algoritmos, desconocidos para nosotros y transparentes para el poder: zombis. No es de extrañar que la fantasía de los muertos vivientes haya sustituido a la de los vampiros, pues de que nos chupen la sangre nos desplazaremos a la ajenidad total, a que nos roben el alma. Ex-individuos borrados y sustituidos por su avatar uniforme y controlado. Amén.

 

El desgarrado. Julio 2024.




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