» 13-10-2019

Reflexiones tipográficas 197. ¡La momia se mueve!

Evidentemente estamos hablando de una cuestión de oportunidad y no de una cuestión de legalidad. Ninguna legalidad puede mantener un dictador en un mausoleo de un estado de derecho. Simplemente por incoherencia democrática. Durante 44 años nadie encontró la oportunidad de desmontar el entuerto. Ahora el PSOE lo ha encontrado. Podemos incidir en que obedece a intereses electorales, pero no podemos obviar que la cuestión de legalidad estaba pendiente (para vergüenza de anteriores consistorios). La legalidad precede a la cuestión de oportunidad. Cualquier crítica de oportunidad es ociosa. Incluso para aquellos que no les interesa el tema (solo miran hacia el futuro), les parece que divide a los españoles (mientras el boicoteo de la ley de memoria histórica no divide), u ofende a la legalidad urbanística, familiar o procedimental. El parlamento, el gobierno y los jueces están de acuerdo (todas las instancias del estado) ¿alguna pregunta más?

 

Los herederos del franquismo: el ex-centro derecha de C’s, la derecha del PP y la ultraderecha de VOX, no se pronuncian (oficialmente) porque defender a un dictador no es de recibo en una democracia, pero mariconean con sus ambigüedades para que sus más rancios votantes no se sientan abandonados. Y el mariconeo consiste en decir que no es el momento (hay problemas más importante, es un tema atado y bien atado en la transición), hay que mirar al futuro (y no al pasado como La Diaz hablando de la quema de iglesias), es un tema electoralista (como todos), una pantalla de disuasión frente a los verdaderos problemas de la patria (como siempre) o la conculcación de una familia a enterrar a sus dictadores donde les plazca. Venimos de ver asombrados que el PSOE no ha querido constituir gobierno (hábilmente ayudado por el resto de los partidos) después de aceptar el encargo del rey. ¿De que coño de oportunidad, electoralismo, profanación o pantalla de humo nos estáis hablando?

 

La familia de Franco -cuyo problema en un estado democrático debería ser la fortuna que heredó de un dictador y que debería devolver (porque se expolió a todos los españoles), con aquella peculiar comprensión de los “impuestos” que tenía el dictador- ha puesto todos los palos en la ruedas  que ha podido apoyada, desde la sombra, por toda la derechona,. Siguen anunciando recursos ante el constitucional (a quien exigen que se pronuncie de inmediato) y posteriormente en Europa. Saben que si pierden esta batalla pueden perder la guerra y enfrentarse, eventualmente, a la devolución de la fortuna que el dictador esquilmó al pueblo español (empezando por el Pazo de Meirás). No se trata pues de respeto por los huesos, que las cunetas y el desprecio a la memoria histórica bien a las claras lo proclaman. Se trata de intereses monetarios suculentos procedentes del expolio vil y canalla.

 

Pero lo principal está conseguido: el enfrentamiento de los españoles divididos en dos facciones, aunque en este caso -según las encuestas- ganan los desalojacionistas. Pero el enfrentamiento es la principal arma de gobierno. El pueblo desunido siempre será vencido. Todo vale: la política, el deporte, el género y el caso. La cuestión reside en que el pueblo no se de cuenta de que el único y verdadero enemigo son los políticos. Cuando el independentismo es la lucha de una parte de los políticos por zafarse del control de los otros, se reconvierte al enfrentamiento de la mitad de los catalanes contra la otra mitad y el enfrentamiento de estos con el resto de España. Dos por uno. Ayer en “Preguntes frequents” Errejón -en perfecto catalán- corregía a un periodista que achacaba a Madrid determinadas acciones antiindependentistas: “Madrid no. El gobierno o las leyes del estado de España” Importante matización que indica el reduccionismo del enfrentamiento entre regiones siempre presente y siempre convertido en personalismo xenófobo.

 

Acompañado por las algaradas producto de la sentencia del procés, que Torra ya ha pontificado que solo se aceptará si es de absolución (o sea que no se aceptará), la momia se irá al panteón familiar (uno de ellos) al lado de su esposa: lo que la Iglesia ha unido que no lo desuna el hombre. El Abad, haciendo gala del oximorón (por detrás y por delante): “Dábale el abad arroz a la zorra / Arroz a la zorra dábale el abad” sigue empecinado en un delito de desobediencia que no es sino reclamar la superioridad de la jurisdicción divina sobra la humana y sobre todo la rendición de pleitesía de la Iglesia a los herederos de un dictador con el que se orquestó el nacional-catolicismo y al que se puso bajo palio porque era la hostia. Digan lo que digan: la guerra no ha acabado. Diaz Ayuso lo sabe bien. La reconciliación no es el producto de una ley de punto final o de un dejar que el tema se pudra. Reconciliar es un verbo transitivo, reflexivo y recíproco, diga lo que diga la gramática. Sin igualdad no será posible… y hasta ahora no la ha habido.

 

El desgarrado. Octubre 2019.




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