» 06-12-2019 |
Veo una retransmisión especial de la sexta sobre la cumbre del clima. The greit Greta se abre paso a duras penas para ser el objetivo de todas las miradas y de todos los objetivos. Los comentaristas se lucen. La que supongo una científica comenta que no comprende porque una niña recibe más atención que la comunidad científica. ¡Bravo! Otra defensora de la verdad científica. Quizás convendría recordar que la comunidad científica jamás, y digo jamás, ha sido homogénea. Entre los negacionistas se encuentran más de tropocientos mil científicos que por las razones que sean (para resumir, pues sabemos bien cuales son las razones) niegan el cambio climático. Entre esa comunidad científica que el comentarista presume homogénea existen en EUA un 45% de negacionistas de la evolución de las especies.
Es de una belleza incomensurable decir que todos los científicos defienden el cambio climático y que son los políticos los que lo niegan. No es cierto. Muchos científicos -probablemente los mismos que apoyaron el tabaco, la transgenésis, las mallas plásticas para contenciones de orina, la talidomida, el DDT, la bomba atómica u otras mierdas que ahora sabemos que son nefastas- defienden que el cambio climático es una exageración, no depende de la acción humana, no está bien medido o es catastrofista. La verdad (absoluta) científica es un dogma como la existencia de dios. Este científico que defiende su punto de vista está obviando taimadamente que su posición no es homogénea. Y cuando digo esto no pongo en tela de duda la ciencia -que me parece indiscutible- pongo en duda a los imbéciles que la defienden como un dogma de fe. La ciencia no tiene alternativa pero dista mucho de haber alcanzado la perfección.
Ya diserté en otra entrega sobre lo improcedente que me parece que una niña se convierta en abanderada de una lucha que nos compete a todos… los adultos. Los periodistas están atentos a que un hombre muerda a un perro pues lo contrario no es noticia. Y Greta es noticia. Poco importa si por la presión pronto se convierte en un juguete roto. El periodista tiene que plasmar la realidad sin importarle que su situación expectante le cueste la vida al objeto de su noticia. Así ha sido siempre y así será. El periodista tiene la patente de espectador inoperante. Los periodistas tienen que magnificar la realidad hasta convertirla en noticia y Greta es un bombón, no como niña sino como noticia. Pero también es verdad que las cosas vienen como vienen y que la determinación de la niña supera en mucho la de nuestros líderes. El tiempo dirá si es capaz de aguantar un peso para el que dudo que esté preparada.
La cumbre del clima me recuerda a aquel cuento en el que los ratones se reúnen para conspirar contra el gato. Aquí tampoco está el gato. Los gatos: UEA, China, India. Como en el cuento la pregunta es ¿quién le pondrá el cascabel al gato? No sufráis. Yo os lo diré: nadie. Muchas palabras y ninguna solución. Para un político el horizonte está a cuatro años vista. A ninguno le importa una mierda lo que ocurrirá en el mandato de otro. Al revés. Mejor para hacer oposición. Los ratones son tan culpables como el gato (aunque el gato, como es más grande, tiene más posibilidades de arreglar las cosas). El caso de Martinez A. es paradigmático. Su emblema de campaña era acabar con Madrid Central. El supremo se lo impidió. Ahora dice que gracias a él, Madrid Central funcionará. ¿Se puede ser más Hewlwt Pakard? Se ha apuntado a organizar la cumbre, carroñeramente respecto a Chile, y se apunta al carro de los concienciados por el cambio climático de cara a la galería en la esperanza de que fuera no sepan lo que era su programa de gobierno: que los coches contaminaran a más y mejor a mayor gloria del capitalismo desbordado. Pero de los políticos hay poco que decir. Ellos lo dicen todo.
Científicos, periodistas, políticos. Un contubernio ejemplar para que el cambio climático sea imposible. Si, ya se que “la mayoría” sois buena gente. Pero siendo buena gente no hacéis lo que tendríais que hacer: luchar. Defendéis el dogma, divulgáis la noticia, intoxicáis, pero no lucháis. Y entonces se recurre a la gran solución. La culpa es de los ciudadanos que se limpian el culo por encima de sus posibilidades, como nos lo dice un anuncio. O compramos en el super alimentos envueltos en plástico. O tiramos las colillas al suelo. ¿Donde están los medios para que todo eso se evite? ¿Donde están los medios que debería propiciar los políticos? Se me ocurre que se podrían prohibir los envases de plástico, penar a los lanza colillas y sobre todo que amorosamente los políticos nos limpiaran el culo con sus manos para evitar ese terrible despilfarro de papel. A ellos se les ocurren soluciones mejores: subir los impuestos de los viajes en avión. ¡Sublime! La solución no es bajar el IVA del tren sino subir los impuestos de los viajes en avión. ¿Se puede ser más Hewlet- Pakard?
Medidas y educación. Ambas cosas dependen de los políticos. Pero sus señorías está mucho más preocupadas por evitar que España se disgregue y por repartirse los sillones que por estas nimiedades. Os comprendo. Cada uno a lo suyo y lo vuestro es robar. ¡A ello! Cuando vayamos a las próximas elecciones por vuestra estupidez, inoperancia y torpeza estaré encantado de que me digáis como tengo que limpiarme el culo. Aunque creo que tengo una idea.
El desgarrado. Diciembre 2019.