» 13-08-2021

Reflexiones tipográficas 246. Periodistas-influencers. Con la información no basta.

Hace tiempo ya que los periodistas no están de acuerdo con su trabajo tradicional: las noticias. Los artículos de opinión, los tertulianos, los polítizados, los influencers y los literatos. El periodismo -como la abogacía- se ha convertido en una plataforma para acometer mayores empresas. Y como ocurre con los influencers los hay más afortunados, unos que otros. Me voy a referir a Rivero de la sexta que no tiene problema para opinar de todo y de todos. Podría haberme fijado en Pérez (Reverte) que como metepatas no tiene precio en nombre de una indignación que obtuvo en el periodismo pero que nos regala en la literatura… en el caso de que no nos fijemos que entre su indignación vital y su literatura de masas no existe la relación esperable.

 

Probablemente no es justo que tome a Rivero como diana de mis dardos pero en esta semana ha hecho dos actuaciones que considero memorables. La primera sobre el pecho femenino (en relación a la polémica del cartel de la última de Almodovar). Su análisis es ramplón y deficiente, en un tema sobre el que grandes mentes han hablado con profusión ( F. Julien “De la esencia o el desnudo”) . Compara (a nivel biológico) el pecho femenino con el masculino y no haya diferencias. ¡Cómo si la biología fuera la respuesta!. Obvia que la transformación del pecho en objeto de deseo, es una estrategia moderna. En mi juventud las mujeres amamantaban por la calle y no como ahora, sabiendo que nos hurtan un objeto de deseo, sino con absoluta normalidad. Sin olvidar que las tetas son topológicas: ahora sí, ahora no. La mamofilia es un invento de Hollywood en una sociedad profundamente puritana por no decir Amisch. Con la doble moral que les caracteriza ajustaban los bodys de las actrices, mientras negaban (¿preservaban para el matrimonio?) su vista directa, que reservaban a la pornografía y después a las revistas para hombres. Evidentemente el enano impotente que nos jodió (en nombre de la Iglesia, del ejército, de los conservadores y de España) se puso del lado de la inquisición y desde aquí ver a la Novak con su jersey ajustado fue una revelación. Marilyn se desnudó en Playboy iniciando una tradición que pocas (con razón) desdeñaron. Pero eso era para  los progres (las cuatro esquinitas de la USA imperial). La gran mayoría eran meapilas de campeonato. Los que tomaron el Capitolio americano (¡en 2020!) arengados por el gran payaso (lo que no quiere decir inofensivo)

 

Hoy Rivero vuelve a actuar hablando sobre la colonización. Vuelve a obviar los grandes pensadores que sobre el tema han hablado (sin ir más lejos Rubert de Ventós en el 92 con su “El laberinto de la hispanidad”). Nos dice Rivero en su docta opinión: hubo cosas buenas y cosas malas. Considera buenas la lengua y la cultura. Por lo visto hay quien todavía cree que algunas lenguas y culturas son mejores que otras. No hace falta pedir perdón como pide López, concluye. Sin embargo defiende a López como alguien que ha pedido perdón a los indígenas (la cosa no acabó cuando los españoles se fueron y los criollos españoles se quedaron). Los más conciliadores insisten en que no se puede juzgar hoy, lo que ocurrió hace cinco siglos.

 

Sí se puede juzgar. Con matices, pero se puede. Es evidente que López utiliza el tema políticamente pero también es evidente que la conquista fue una salvajada (lo dice de las Casas. No hace falta que me creáis a mí). Pero no se puede pedir perdón porque los fascistas españoles (PP+ VOX) están encantados con la conquista y así lo manifiestan. Hasta la festejan en una fecha siniestra y con un nombre coral. No sale a relucir el argumento definitivo que deslinda responsabilidades (aunque se nombra tangencialmente): fueron los criolllos los que jodieron a Méjico, hijos de españoles pero nacidos en Méjico y rebelados contra la metrópolis como mejicanos. Los antepasados de López. No estaría de más que también él, pidiera perdón en nombre de una familia (la suya) que ha vivido 500 años de historia jodiendo a los mejicanos. Pero el tema del perdón es estúpido. El Vaticano pidió perdón por haber perseguido a Galileo hace 30 años (el perdón, lo otro fue en SXVII) y seguimos esperando a que la Iglesia católica pida perdón por los miles de casos de pedofilia, por sus diáconos perpetrados. Hay algo mejor que el perdón (que es moral). Es la justicia (que también), y sería de justicia que se reconociera que aquello fue lamentable, atroz, salvaje… por más que fueran otros tiempos.

 

Un influencer es alguien que se mide por la cantidad de ingenuos que le creen (tal cual que los políticos). Lo del periodismo debería ser otra cosa. Su compromiso con la verdad debería ser un poco más cuidadoso. Aunque, la verdad es que lo mismo da. ¡Esto no lo arregla ni dios!

 

El desgarrado. Agosto 2021.

 




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