» 08-10-2021 |
Suelo ser crítico con los periodistas que son especialistas en ver la paja en el ojo ajeno e invisibilizar la viga en el propio. El contubernio empresa-medios de información es tan alarmante como el contubernio empresarios-políticos que inventaran Thatcher-Reagan en los ’80 con el nombre de ultraliberalismo. A los nombres de Berlusconni, Murdoch, Turner, Plaza, añadimo -por su presencia en los papeles de Pandora- el de Azcárraga. Gloriosos herederos de aquel Herst que inmortalizara O. Welles en “Ciudadano Kane” que deberíamos revisitar periodícamente (y perdón por la redundancia). Pero el periodismo de investigación se escapa siempre de esos parámetros sacando lo mejor del periodismo como controlador social. El cine ha llevado muchas veces esas epopeyas periodísticas en los casos Watergate, Spotlight, Los papeles del pentágono, etc. cuyo éxito residía en el periodismo de investigación de periodistas de raza. Hoy nos llegan “Los papeles de Pandora” con 600 españoles implicados en paraísos offshore.
Tener dinero en un paraíso fiscal no es delito… excepto cuando se oculta (que es el caso de estos 600). Por otra parte no tiene sentido tener dinero en un paraíso fiscal si no es para obtener un beneficio, para lo que se ingenia un entramado de empresas que enmascaran al propietario (porque la ley lo permite). Las grandes inversiones, realizadas desde sociedades radicadas en paraísos fiscales y que por tanto, no pagan impuestos; las herencias y las donaciones canalizadas a través de sociedades opacas, mediante fideicomisos; la radicación de multinacionales en paraísos fiscales para no pagar el impuesto sobre beneficios, son tres de las aplicaciones que se utilizan para evadir la necesaria igualdad (progresiva) de los impuestos, de esta forma especialmente antisocial. El uso de testaferros (hombres de paja) es también habitual con tal de enmascarar los auténticos propietarios, hasta el punto que para los panameños y los virginianos se ha convertido en un medio de vida.
Pero lo realmente alarmante es que los poderes políticos no tienen ningún interés en combatir esos paraísos, legislar para obtener la transparencia, perseguir los testaferros y los entramados societarios, obligar a las multinacionales a que paguen los impuestos allá donde los generan. A juzgar por los casos que hemos conocidos es que muchos políticos son usuarios de esos paraísos, por lo que mal han de perseguirlos, lo que por otra parte es un caso de prevaricación. Pero la razón principal es el contubernio empresarios-políticos, que liquidan sus favores mutuos por este medio o por la práctica de las puertas giratorias. Carmona (azote de corruptos desde el PSOE) acaba de fichar -con la que está cayendo- por Iberdrola por 400.000 €/año. ¡Qué más decir! Mientras se hacían públicos los papeles la CE desclasificaba varios paraísos fiscales (ya de por sí exiguos) a mayor beneficio de los corruptos. La cuestión fiscal solo se puede arreglar en la CE unificándola, haciendo que las reglas sean las mismas para todos. Mientras Holanda o Irlanda sean paraísos fiscales nunca se podrá obtener la igualdad fiscal. Mientras UK disponga de las Islas Vírgenes en el Caribe, la isla de Mann en el Canal de la Mancha y Gibraltar en España no podrá ser posible la igualdad. Mientras determinados corruptos tengan derecho de veto sobre determinados asuntos fiscales, la CE europea solo será una comunidad de libre circulación de capitales pero no una comunidad de iguales. Solo una política unificada económica/presupuestaria, fiscal y política conseguirían ese objetivo y de momento es imposible, por mucho que los europeistas se llenen la boca de igualdad.
Y así la victoria del periodismo sobre la estulticia política se convierte en una victoria pírrica puesto que los políticos no están dispuestos a perder sus privilegios, sus alianzas y en definitiva su corrupción. Vivimos en un sistema político estructuralmente corrupto, apuntalado por el capitalismo desigualitario y salvaje y asentado en una tradición y una historia que nunca ha sido otra cosa que dominación de los poderosos. Y para acabar con ese estado de cosas solo disponemos de un voto, mediatizado por las leyes, manipulado por el mangoneo (como la financión ilegal de los partidos, el dopaje electoral, el sistema de encuestas), cuando no directamente fraudulento (muertos que votan, votos duplicados, relleno de las urnas en la oscuridad de la impunidad, etc. La idea ética del bien y el mal presenta así su cara más siniestra. El mal reside en los que -teóricamente- nos proveen el bien. Quizás ha llegado el momento de contemplar seriamente la revolución como solución. El nagacionismo político avanza. Los “radicales” se infiltran más y más entre los ciudadanos indignados tal como predica Tiqqun y defiende Agamben. El islam defiende la vuelta a una política de Dios (lo que no les exime de aplicar una dominación feroz). El terrorismo (que siempre es político) no encuentra otro camino que la guerrilla.
Veamos el caso de Boris Johnson. Mediante trampas obtuvo el Brexit como una parcela separada del poder unificado de la CE. Defendió que la mejor manera de combatir la pandemia era la libertad (¿les suena?) y se sitúa en más de 700 caso por 100.000 habitantes. Las gasolineras y los supermercados están desabastecidos debido al cerrojazo a la mano de obra europea, y la pandemia disparada mientras los países que han hecho los deberes se aproximan a su fin: 50 casos por 100.000 habitantes Debería ser suficiente para que le dieran una patada en el culo y/o lo procesaran por asesino. Pero no pasa nada. Cuando toquen elecciones… ya veremos. Mientras, él enmascara su torpeza con populismo, echando la culpa a los islamistas, los terroristas, los migrantes, etc. (¿les suena?). Hacienda investigará (con la ineficacia que le caracteriza cuando se trata de poderosos) los casos de Pandora. La fiscalía archiva las causas contra el emérito por razones de Estado. La luz se dispara mientras la CE se niega a unificar las compras de gas que, si bien mejorarían las cosas, impedirían que los políticos de los estados miembros hagan su agosto en comisiones. ¡Estamos aviados! Solo podemos colegir que nuestro sistema político es un fracaso total y que avanza en desigualdad y en dominación. ¿Hasta dónde?
El desgarrado. Octubre 2021.