Pensar (reflexionar) es como subir una escalera. Hasta que no has equilibrado el pié en un escalón no puedes iniciar el movimiento del otro pié hacia el escalón superior. En el blog anterior hablé de la posibilidad de que Trump funde un nuevo partido. Una vez estabilizado el pié se me ocurren otras posibilidades. En España la aparición de nuevos partidos de izquierdas (Podemos) y de derechas (VOX) lo que han hecho es romper el bipartidismo. Ya nunca los partidos de siempre conseguirán una mayoría absoluta. Hemos entrado en el espacio de las alianzas y de los pactos. En USA el bipartidismo es paradigmático. El tercer partido ha sacado 50.000 votos frente a los más de setenta millones de los candidatos bipartidistas. Si el partido republicano se escinde en dos es como decir que nunca volverá a gobernar. Por lo tanto no es una opción realista. La vida es perversa.

Quiero decir que el partido republicano no puede -materialmente- consentir que Trump forme un partido alternativo aunque en vez de setenta millones de votos tuviera treinta. El abandono de la FOX -que ha sido el soporte de Trump en los últimos cinco años (véase “The louded voice” y “Escándalo”) en este recuento electoral parece alinearse en esta tesis. Por tanto el partido Republicano no puede -imperativamente- abandonar a Trump. Abandonarlo es un suicidio. Sin embargo hay muchos republicanos que no comulgan con los métodos de Trump (las marrullerías, habría que decir). Es posible que la nación esté dividida pero es evidente que el partido Republicano lo está todavía más. A nivel de carisma no hay comparación entre Trump y Biden. Es por eso que he comentado que la victoria de Biden es una victoria de los electores, de la democracia. Han votado a alguien que no les convence y probablemente en el que no creen. Y de forma masiva. Un ejemplo de voto informado, de minimación de pérdidas realmente admirable. Como en las películas, cuando las cosas se ponen feas, los héroes anónimos cobran inusitada importancia.

Como ha ocurrido en España cuando la derechona ha perdido el poder, la oposición será feroz… como catarsis para esconder su debilidad. Es fácil que los republicanos conserven el Senado y el Senado tiene mucho poder en USA. Mientras hacen imposible la presidencia de Biden tienen cuatro años (dos si pensamos en las elecciones de medio mandato) para pensarse si unen su destino a Trump y a sus métodos o se repliegan a sus cuarteles de invierno. De mo

mento parece que antes de irse Trump legislará a más y mejor para dejar un escenario lo más favorable a los republicanos  posible (y a él mismo). Parece evidente que se autoindultará para evitar que, los que le esperan fuera de la presidencia, puedan tricarlo, y esas maniobras complacerán a los republicanos a los que favorecerán todas esas torticerías. Creo que fue Clinton el que empezó con estas prácticas legislatorias antes del traspaso de poderes que antes de su mandato, no se contemplaban con buenos ojos.

Hemos pasado de la geopolítica a la política interna, a la contemplación del propio ombligo. No es nuevo. Ahora todos los políticos dicen que las mentiras, los ataques desconsiderados, la acusación a los otros de los propios errores, las alianzas desdichadas, son inventos de Trump como si no los estuvieran usando desde hace años todos los políticos tradicionales (quizás no en el mismo grado). Personajes como Trump (los políticos-empresarios), la ultraderecha (antidemocracia fascista), los políticos depredadores (corruptos económicos), están en la arena política porque los políticos tradicionales los han propiciado en su deriva hacia el autoritarismo, la opacidad y la desfachatez. Pero de esto ya hemos hablado profusamente. La cuestión es ¿se escindirá el partido Republicano? Cada vez la conexión de la política y el culo es más evidente.

El desgarrado. Noviembre 2020.