» 12-05-2021 |
Derecha e izquierda se pelean por el peaje de las autovías. El PP ya impulsó un proyecto para hacerlo que no llegó a puerto porque Rajoy perdió la moción de censura. Pero ahora, en el paradigma de que la oposición tiene que oponerse, sea como sea, al Gobierno, con razón o sin razón, paro que las palabras resuenen en los oídos de unos ciudadanos profundamente desinformados. Pero no quiero hablaros de este proyecto sino de los impuestos. Ya he comentado muchas veces que la solución no es subir los impuestos sino racionalizarlos. El 40% de los impuestos se van por el desagüe de la corrupción, el despilfarro, las ayudas a los poderes fácticos (rescates, legislación ad hoc, ayudas, etc.), las prebendas a los poderosos y la evasión fiscal. No descarto que haya más vías, pero no lo conozco (¡Atentos: estoy hablando de lo que sé). No hace falta subir los impuestos: vale simplemente con reordenarlos. Mientras las facciones discuten de los impuestos que hay que subir y a quién nadie se plantea que los impuestos serían innecesarios… si la recaudación fuera efectiva.
Porque -con pequeñas diferencias sobre cuánto y a quién- el problema es dónde está el dinero. Y en no debatir eso, están de acuerdo todos los partidos (como en subirse el sueldo o no bajárselo en la pandemia, o no reducir sus dietas cuando no van, o en soslayar las incompatibilidades, etc.). Lo diré por enésima vez: no se trata de derechas e izquierdas sino de chupones y paganos, de políticos y ciudadanos. Es vergonzoso que la derecha sesgue los impuestos hacia la clase trabajadora (todas sus reformas benefician a los más ricos) pero también es es vergonzoso que la izquierda solucione todos los problemas subiendo los impuestos. ¿Para cuando el Partido impositivista? Será difícil pero si han surgido partidos transversales como el feminista, el ecológico, el animalista o el gay (altersexual), también puede surgir el partido justo-imposivo. Se tiene que acabar con la ley del silencio que practican los políticos en defensa de sus ingresos ilícitos y de la intoxicación de los ciudadanos.
Piketti, lo explicó meridianamente. Hemos pasado de no tener casi impuestos, antes de la segunda guerra mundial a tener unos impuestos descomunales, en nombre del estado del bienestar. Ahora quieren desmantelarlo. ¿Quieren devolvernos los impuestos? No. Quieren las dos cosas: sopas y sorber, impuestos sin prestaciones. Y aquí los dos bloques están de acuerdo: ¡hay que subir los impuestos! ¿Por qué ningún partido defiende el bolsillo del ciudadano. Siempre se ha defendido el bolsillo de los empresarios (los capitalistas, para entendernos) pero los partidos no defienden el bolsillo de los ciudadanos sino su dignidad, su estado del bienestar, sus derechos, etc. Pamemas. En un estado profundamente capitalista el bolsillo es lo primero. Es evidente que la izquierda no defiende los salarios y que los sindicatos tampoco, por lo que la conclusión es simple. Si los empleos precarios estuvieran bien remunerados a nadie le importaría. Hemos visto como los ryders defienden sus empleos por encima de su seguridad social o su dignidad. El capitalismo sigue ganado terreno pero la izquierda se lo permite mientras chupa del bote: prebendas, consejos de administración, chanchullos y sobre todo el mejor y previo privilegio: la poltrona, conseguida mediante el despilfarro y quién sabe que otras artimañas.
Como diría Churchil, parafraseando la democracia : vota lo menos malo. Lo bueno no existe. ¡Pero vota! El no voto, es un no futuro.
El desgarrado. Mayo 2021.