» 20-07-2021

Reflexiones tipográficas 340. La judicialización de la política.

Nos encontramos en una situación peculiar. Los partidos políticos no defienden a los ciudadanos sino que atacan a sus opositores. No son una fuerza de defensa sino de ataque. El recurso ante el constitucional del Estatut, por parte del PP (aprobado por los gobiernos español y catalán), fue un caso paradigmático cuyos resultados conocemos bien. El recurso de VOX contra el estado de alarma (que no solo había apoyado sino que había exigido) ha conducido a que el estado de alarma sea inconstitucional. El sistema judicial está al servicio de intereses partidistas. Y ello por varias razones: por una parte porque los tribunales son rehenes de la derecha que se niega a adecuar su composición a la nueva composición del Parlamento, de forma absolutamente inconstitucional. Por otra porque los partidos prefieren la vía jurídica a la vía política (que previamente han perdido). Por último porque las resoluciones de los tribunales tienen mucha más credibilidad que la cháchara política.

 

Decía Clausewitz que la la guerra es la continuación de la política por otros medios. Se equivocó: la política es la continuación de la guerra por otros medios. No solo están en juego cuantiosas cantidades de dinero sino que están en juego ingentes cantidades de poder. Y el poder es dinero (¡incluso legal!), relevancia pública, promesa de futuro (en cualquier consejo de administración de los poderes fácticos), impunidad judicial, acceso a los aforos, indultos, amnistías, y sobreseimientos por caducidad del plazo, sin contar las prácticas mafiosas, delictivas e ilegales. Incluso pueden legislar para protegerse. Un político se juega mucho en las elecciones, tanto que tiene que poner toda la carne en el asador y eso incluye: intoxicar, engañar, despistar, ser populista, ser demagogo, besar niños, figurar junto a los deportistas triunfadores  y aparecer en las catástrofes con barro hasta las orejas. Pero lo más importante es engañar. Todos saben que, con su talante, no los votaría ni su pajolera madre.

 

Por eso recurren a los jueces. La idea es simple: no he sido yo; ha sido la ley. Con un poco de elaboración cualquier sentencia puede ser favorable. Cuando el PP fue condenado como institución mafiosa, defendieron con uñas y dientes lo que no decía la sentencia. En el caso contrario (la sentencia del Constitucional sobre el Estado de Alarma) de lo que se trata es de amplificarla hasta que parezca lo que no es. Paralelamente a la sentencia del Estado de Alarma, aparece la sentencia del Supremo sobre el caso Couso: El Estado abandonó a un nacional por razones espurias e incluso cambió la ley para que no le volvieran a pillar en un renuncio. De nuevo Aznar con el culo al aire. Naturalmente si los jueces son afines (¡y a fe que el PP lo necesita!), ¡mejor que mejor! Las sentencias son justas cuando les favorecen y las acatan, aunque disienten, si son desfavorables. Naturalmente sin contar la campaña de intoxicación que emprenderá incluso antes de conocerse. La justicia es rehén de los políticos no solo porque los controlan sino porque los reinterpretan sesgadamente. La cuestión es salvar el culo y eso hacen.

 

¿Que hacer? Os daré unas pautas. Nunca escuchéis lo que os dicen sino atended a lo que hacen. ¡Obras son amores! Los jueces no son más fiables que los políticos porque también son políticos. El periodismo no es neutral sino militante, ferozmente militante. Todos mienten como bellacos. La presunción de que todo lo que dice la tele, un personaje público o un funcionario es cierto, no se sostiene. Su misión es intoxicar y salvar el culo. Comprendo que escuchéis lo que os acaricia la orejita, pero mantened reservas. No por ser de la cuerda, son veraces. Ser críticos es importante, no delante de los opositores, sino con vosotros mismos. Cada cual tiene derecho a engañarse con quien quiera y como quiera pero una cierta desconfianza de quien miente habitualmente no es de desdeñar. ¡ah! y no olvidéis votar. La libertad no consiste en tomar cañas (¿sorprendidos?). La libertad consiste en decidir sobre tu futuro (que supongo incautamente que no es emborracharos). Y si no vigiláis de cerca a los políticos os la meterán cruzada. Nada es gratis y la libertad tampoco.

 

El desgarrado. Julio 2021.




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