» 22-01-2022

Reflexiones tipográficas 348. La “clave” de las noticias.

No hace mucho la sexta estrenó una nueva forma de informar. Diálogo, ausencia de imágenes, concisión, agresividad. Básicamente las noticias se convirtieron en algo que se dice y no algo que se ve. Sus fondos de colores chillones no a pelaban a nuestra capacidad de “imaginar” sino a nuestra capacidad de “dialogar” con nuestras personas allegadas. No dudo que esta estrategia venga de fuera (somos poco dados a “inventar”) pero la verdad es que cuajó en nuestra audiencia. Los informativos no están de moda. Los ciudadanos se aburren mortalmente con ellos, y comunicar es vender. La iniciativa de Blázquez era no solo innovadora sino también efectiva.

 

De pronto ocurren dos cosas: Blázquez desaparece y la fórmula se produce como antesala a la “sexta noche”, es decir: el autor desaparece y la fórmula se expande. Lo primero puede ser circunstancial pero lo segundo es evidentemente real. Es posible que todo se quede en un cambio de formas (diálogo, colorines, concisión, agresividad) pero también es posible que sea un apoderamiento del estatus quo, de una fórmula exitosa, para continuar haciendo lo mismo. ¿Donde está Blázquez? Su fórmula esta triunfando pero ¿por qué ha desaparecido? Pero no es ese el asunto que nos interesa (¡perdona Blázquez!). Lo que nos interesa es hablar del opio del pueblo (quizás debiera decir adormidera): la comunicación mediática.

 

La culpa de que las noticias sean falsas es del poder. La culpa de que sean accesorias es de los medios… evidentemente alineados con el poder de una u otra manera. La prensa fue llamada el cuarto poder… invadiendo la terna que Montesquieu estableció para aquel: legislativo, ejecutivo y judicial. El saber popular entendió que la democracia tiene tres cámaras: parlamento, senado y la cámara de TV. En el golpe de estado del once de febrero español la primera denuncia de la ignominia partió de una cámara de TV, lo que evidentemente influyó en la respuesta de nuestros defensores de la patria. Sin imágenes aquella “gesta” hubiera sido mucho más fácil de defender con palabras. La impotencia del pueblo ante las palabras y las imágenes es absoluta. Los revolucionarios franceses renegaron de la palabra cuando se la negaron a Robespierre: ¡no le dejéis hablar porque nos convencerá! Hoy podríamos decir: ¡no les dejéis ponernos imágenes porque nos convencerán! Paradójicamente, cuando las imágenes se han convertido en una forma de intoxicación informativa, solo nos queda volver a la palabra. Eso era la “Sexya clave” de Blázquez.

 

La estrategia es antigua: mantener las formas y cambiar los contenido. Se mantienen la forma de exposición dialogada, y la ausencia de imágenes, la concisión y la agresividad, pero se suprime el espíritu crítico. Dabord estaría contento (por haber tenido razón, no por la manipulación de sus ideas): Toda ideología que fracasa se convierte en espectáculo. Hoy podríamos traducirlo en  que el significante (la forma) apabulla al significado (la crítica). No podemos olvidar que la Sexta es una cadena privada y que por tanto es una cadena capitalista que solo persigue su propio beneficio (‘legítimamente, todo hay que decirlo!), Su apuesta decidida por la información no es exactamente altruista. Tratan de vender horas de consumo televisivo con los mayores beneficios. Evidentemente esa información la matizan todo lo que les interesa para no ofender a sus pares (los poderes fácticos), a la vez que miman el producto que venden. Pero tampoco podemos obviar que los ciudadanos nos beneficiamos de esa estrategia capitalista: la información se acerca a la realidad de forma mucho más fidedigna que en otras cadenas (incluidas la dependientes del poder político que barren para “casa”).

 

Vivimos en un mundo complejo y al decir complejo quiero decir un mundo que responde a muchas utilidades (muchos amos) El electorado es como una bacteria: responde de forma simple (el voto) a estímulos complejos (el mundo) que no tiene otra opción que simplificar. Y al decir utilidades quiero decir que el dogma fascista ha triunfado: ¡abajo las ideologías… que han llegado las utilidades: el pragmatismo! En el mundo en que las individualidades se han convertido en hegemónicas, el comportamiento colectivo se ha convertido en lo más fácil de manipular. Se llama intoxicación. Los ciudadanos ya no se rigen por lo que hace el poder sino por lo que dice, y su actuación no se entiende colectivamente sino individualmente. El ciudadano se identifica con el pillo, el pícaro, porque no aspira a ser miembro de un colectivo sino a ser único, rico, poderoso, y el ejemplo evidente es el político. Nadie más puede ascender de la nada al todo como el político. Sin preparación y sin inteligencia puede llegar a dirigir una nación sin desdeñar que, por el camino, se enriquezca a más y mejor. La cultura del pelotazo, la admiración por el pillo, convierten las elecciones en una práctica de identificación en al que se vota al que ,pragmáticamente, se ve como ideal, como modelo a seguir.

 

La “sexta clave” ha sido un experimento exitoso de nueva forma de información. El poder ha decidido que no puede continuar con su espíritu crítico (la crítica y el poder no se llevan bien). Y lo ha fagocitado (Dabord). Estamos en la pura biología: o comes o te comen y el poder acaba comiendo siempre, porque ese es su espíritu. ¿Volverá Blázquez? lo dudo. ¿Su fórmula triunfará? Sin duda. De hecho el autor será silenciado porque el espectáculo debe continuar.

 

El desgarrado. Enero 2022.




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