» 31-03-2022

Reflexiones tipográficas 361. De sopapos (Will Smith) y guerras (Ucrania).

Los medios van llenos con el tortazo de Will Smith al presentador de los Óscar. El calificativo más repetido es: ¡inadmisible! ¡No se pueden solucionar las cosas a tortazos! No a la violencia ¿Cual es el límite del humor? Tengo que reconocer que me quedo desconcertado. ¿Son los mismos, que ahora no aceptan un tortazo, los que aplaudieron el envío de armas a Ucrania? ¿Son los mismos los que otorgaron cuando unos cómicos, titiriteros, raperos y blogueros escarniaron a la Iglesia o a políticos, alegando delitos de odio? Da la impresión de que el rasero usado para medir varía notablemente cuando lo aplican a unos o a otros… aunque siempre involucra al humor y a los cómicos. Y con ello no quiero decir que la situación no fuera rocambolesca, incluso grotesca. Pero ¿era violencia?

 

Hasta que Will se vuelve a su sitio todo parecía una farsa, que hacía reír a todo el mundo menos a la esposa de Will. Incluso lo de la bofetada y la reacción del presentador parecen una comedia, sopapo incluido. ¿Que le dijo su esposa cuando Will se sentó? No lo sabemos, pero desde ese momento el semblante y la agresividad de Will se agravan notablemente. ¿Es posible que lo que empezó como una broma acabara como el rosario de la aurora debido a la reacción -justificada- de la esposa? Es difícil entender que el agraviado encajara el golpe sin sorpresa y sin reacción (y con las manos en la espalda). La actitud de Will en la fiesta posterior, como si nada hubiera pasado, no se compadece con las lágrimas que soltó en la recogida del Óscar. Algo pasó que no sabemos.

 

Pero no es esa la cuestión. Nos parece bien la violencia judicial contra los cómicos. Nos parece bien fomentar la guerra mandando armas. Pero no nos parece bien que un “caballero” defienda el honor de su dama ofendida, por ridícula y trasnochada sea esta actitud. Se ha hablado de machismo y se ha denostado que Will se disculpara diciendo que fue un sopapo por amor… porque el amor nos enloquece. El debate del machismo y del amor están a flor de piel, en una juventud cada vez más machista, pero mientras el PP y VOX niegan la violencia machista incluyéndola en un concepto amplio de violencia intrafamiliar (equiparando el sopapo educativo a la muerte de una mujer a manos de su macho), es decir, amparan la gran violencia conyugal, una parte de la ciudadanía se lamenta de que abofetear a un metepatas sea violencia machista.

 

Estoy de acuerdo en que toda violencia es execrable pero aceptar el envío de armas y desgarrarse las vestiduras por un sopapo; celebrar que se juzgue a cómicos por hacer chistes -tan de mal gusto como se quiera, pero chistes al fin-; consentir que la extrema derecha (PP incluido) manipule el concepto de violencia machista para odorizar su olor a mierda, me parece excesivo. Dice la Iglesia que “dentro de la misma gravedad, unos pecados son más graves que otros” (y lo sabe de buena tinta porque sus diáconos pederastas eran “víctimas” de la perversión infantil y no desalmados depredadores). ¿No os parece que entre armar a un pueblo hasta los dientes y dar un sopapo existe una diferencia? Sinceramente estoy perplejo.

 

Es posible que la crudeza de esta legislatura que empezó con el virus, continuó con el volcán, la crisis económica y la guerra en Ucrania nos haya dejado con ganas de situaciones ligeras o cómicas, pero no sé si se merecía los ríos de tinta (éste incluido) que ha desatado. También podría ser que hayamos perdido el sentido de la medida. El fascismo es una doctrina de violencia (“la dialéctica de los puños y las pistolas” joseantoniana), y el fascismo viene de la mano de esa ultraderecha que el PP ha adoptado como doctrina gemela. Violencia contra las mujeres, contra los altersexuales, contra los migrantes, contra el planeta. La crispación es la norma que la derecha ha implantado en la política en su loco afán por quitarle el poder a la izquierda… por nuestro bien. Y esa crispación es violencia política. Tan violencia como la palabra del cómico o el sopapo de Will, pero mucho más dañina. ¿No debería juzgarse  a los políticos por delito de odio? ¡Perdón. Olvidaba que son inviolables, irresponsables y con presunción de veracidad!

 

El desgarrado. Marzo 2022.




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