» 15-05-2022 |
Fue él, quien dijo que gobernar era muy difícil. Sin embargo para él resultó fácil, solo tuvo que prevaricar: tomar decisiones a sabiendas de que eran injustas. Nunca ha habido un presidente de gobierno que tuviera tan claro quienes eran amigos y quienes enemigos, y actuó en consecuencia. Os haré un spoiler: Los amigos eran los compañeros de partido, los poderes fácticos, los amiguetes. Los enemigos fueron los trabajadores, las mujeres, los homosexuales, los inmigrantes, el medio ambiente y evidentemente, los políticos que no eran de su cuerda. Como sabemos los políticos nunca reconocerán ningún error por lo que me voy a tomar la libertad de enumeraros las decisiones institucionales que tomó Rajoy y que solo se pueden entender como prevaricación. Las lágrimas amargas que derramó en aquellas seis horas en que permaneció encerrado en aquel restaurante, significan que no comprendió por qué la oposición lo echó del gobierno mediante una moción de censura. Hizo la pantomima de volver a su plaza de registrador hasta que los focos mediáticos desaparecieron y entonces se eclipsó camino de la gloria de los ex-presidentes: largar cobrando.
1) Aunque el orden no es vinculante el primer gran error de Rajoy fueron los recortes sociales ante la crisis de Leaman bross, las subprime, el ladrillo, etc. La crisis del 2008. La economía clásica había defendido siempre (Kaynes a la cabeza) que las crisis se combatían con inversión pública. Su fórmula fue diferente: la solución eran los recortes. Para que deciros que los recortes le tocaron a la clase trabajadora, a los servicios sociales (con especial incidencia en los jubilados y en la dependencia) y al medio ambiente. Había prometido en su campaña (cuando ya se sabía la enormidad de la crisis) que bajaría todos los impuestos y no solo no lo cumplió (subió hasta cincuenta impuestos diferentes) sino que creó nuevos como el impuesto al sol, las tasas judiciales y académicas, las multas de la ley mordaza, y la reforma fiscal que hizo del IRPF, que favoreció claramente a los poderosos en detrimento de los más desfavorecidos. Su amnistía fiscal amparó a todos los grandes defraudadores del Estado de los que se ocultó su identidad. El ministro Soria apareció en los papeles de Panamá por evasión fiscal.
2) La corrupción fue para Rajoy lo que el agua es para los peces. Aunque nunca sabremos quien era M. Rajoy (?) defendió con uñas y dientes a todos sus compañeros delincuentes (¡Luis sé fuerte!). Consiguió hasta tres sentencias en contra de su partido por diversos grados de corrupción. Convivió con tres presidentes de la Comunidad de Madrid imputados por corrupción, evidentemente de su partido. Los papeles de Bárcenas fueron demoledores para el PP: el partido ganaba elecciones dopado con dinero ilegal, hacía obras en su sede con dinero negro y su lista de concesiones a cambio de dinero resultaba incontable. La actuación del PP era, en este caso, sobre-saliente. Amparó a pájaros como Camps, el presidente de la comunidad de Valencia en la que los modos eran exactamente igual a los de la comunidad de Madrid. Tipos como Correa y el bigotes (actualmente condenados por corrupción) eran habituales de la sede del PP… aunque Rajoy no los conocía. En fin, la lista de todas las trapacerías del PP está en los tribunales y fue por estas trapacerías por las que perdió la moción de censura (por primera vez en la democracia española)
3) Su habilidad legisladora torticera fue proverbial. A la ley de seguridad política y policial le llamo ley de seguridad ciudadana. Consistió en un recorte de derechos individuales como el derecho de manifestación, de asociación, de amparo judicial. Pero lo más retorcido de esta ley fue la de despenalizar gran parte de delitos (que permitían a los imputados tener el amparo judicial) pasándolos a la jurisdicción administrativa con presunción de veracidad de los policías y multas exorbitantes para los condenados. Por supuesto se prohibieron los escraches, las fotos a los policías en el ejercicio de su actuación y las manifestaciones cerca del Parlamento. Se reformó la ley de procesamiento para que las causas se archivaran si eran demasiado largas. Las causas largas eran -como habréis adivinado- las de corrupción. Se trataba de proteger a los políticos corruptos frente a las acciones judiciales. Armó una nueva ley del aborto que abortó a pocos días de su tramitación no sabemos si por miedo o por cargarse a Gallardón (que aspiraba siempre a la Moncloa). Utilizó todo el aparato estatal para espiar, robar y controlar a Bárcenas.
4) Su amparo a la banca fue desmesurado. No solo aprobó el rescate de 65.000 millones € sino que articuló la Sareb (el banco malo) para que los bancos se deshicieran de sus activos tóxicos, a cargo del Estado, pero con gestión particular: 35.000 millones de pérdidas hasta ahora para los ciudadanos. En total 100.000 millones. Un 10% del PIB. Evidentemente nunca se reconoció que fuera un rescate y siempre se prometió que no costaría un duro a los ciudadanos. Por supuesto los bancos -que fueron los que los culpables de la crisis- no perdieron nada sino que incluso compraron a los bancos nacionalizados (Bankia) por 1 €. Las leyes que defendieron las trapacerías de los bancos fueron incontables y siempre condenadas por los tribunales europeos: la letra pequeña, la manipulación de los índices, las subordinadas y las preferentes vendidas a jubilados que no podían entender la complejidad de su funcionamiento, el cargo de los gastos a los compradores, la subrogación de la deuda de los constructores a los compradores, etc. En ningún caso se aplicó la ley (avalada por los tribunales europeos) en toda su literalidad.
5) Su actuación para desmantelar las leyes que Rodriguez Zapatero orquestó para apoyar las energías limpias fue inaudita. No solo paralizó cualquier desarrollo sino que se desdijo de las ayudas que habían obtenido las empresas, con las consiguientes demandas judiciales multimillonarias, que todavía no han empezado a llegar. Pasamos de ser la primera potencia de energías alternativas a una de las últimas. Hay que decir que la factura de los combustibles fósiles (Petróleo, gas, carbón) asciende a 100.000 millones € y que la actual guerra de Ucrania ha puesto de manifiesto que nuestra dependencia de energía ajena es más que peligrosa. Los actuales precios de la electricidad y el gas son la consecuencia de esa nefasta política. Para Rajoy se trataba de apoyar a las energéticas españolas sabiendo que era la peor solución para España y la mejor para los poderes fácticos. Su argumento fue que las energías limpias eran más caras, con escasa visión de futuro porque hoy, ya son equiparables. Además se inventó aquello del impuesto al sol que, de facto, era la prohibición a los particulares de producir energía limpia y les obligaba a vender el sobrante a las energéticas al precio que ellas fijaran. Si fuera un error sería descomunal pero no lo fue. Fue prevaricación en favor de las energéticas.
Pero la guinda de los recortes fue la reforma laboral. En un acto descarado de sumisión a los empresarios cargó la totalidad de los recortes en las espaldas de los trabajadores: instauró el empleo temporal (incluso de días) acabó con los convenios laborales sectoriales y con los convenios laborales de empresa por número de trabajadores, fijó la subida de las pensiones en el 0,25% es decir un euro por cada cuatrocientos, “arregló” el despido que se aproximó mucho al despido libre, soslayó en lo que pudo la tutela judicial, convirtiendo muchas de las acciones de la ley laboral, en administrativas. Evidentemente ni se acercó a la brecha salarial entre hombres y mujeres o a la paridad en los escalafones. Y todo ello al amparo de unas promesas y unos títulos que para nada hacían prever lo que ralmente contenían.
6) Y para acabar (y no porque no queden más temas) hay que hablar de la cuestión catalana, la nefasta gestión de la crisis de los independentistas realizada por Rajoy exclusivamente por cuestiones electoralistas (los votos). Rajoy judicializó la causa enconando más y más a unos ciudadanos que tenían perfecto derecho a aspirar a la independencia. Cada actuación de Rajoy era seguida de un aumento de los partidarios de la independencia. En poco tiempo se paso del 33% al 49%. La sentencia (reconocida por los juristas progresistas como excesiva) será, probablemente casada (impugnada) por los tribunales europeos. La herencia que nos ha dejado Rajoy en este tema es sencillamente nefasta.
Por todo ello que podemos decir que Rajoy ha sido el peor presidente que ha tenido el Estado español, en la democracia. Y no lo ha sido por incapacidad (que también) sino por prevaricación. Ahora Núñez pretende gobernar tras destituir a Casado. ¿Pensáis que lo hará mejor? Lo cierto es que no es difícil porque superar el desastre es asequible. Pero el PP sigue siendo el que siempre ha sido y lo que nos espera es más prevaricación, más corrupción, y más estupidez. Pero con una peculiaridad añadida: el PP se decanta hacia la ultraderecha, eso sí, afirmando que es un partido de centro. ¡Señor, Señor!
El desgarrado. mayo 2022.