» 07-04-2020

Señoras y señores 42-3. Pensamiento femenino 3. “Seguir con el problema”. Haraway

Siguiendo las trazas del pensamiento de Donna Haraway me enfrento ahora con “Seguir con el problema”, Consonni, 2019 (2016) del que voy a tratar de extraer una cierta epistemología del pensamiento femenino comparado con el pensamiento metafísico. En tiempos problemáticos la tarea es volvernos capaces de dar respuestas. Son tiempos de dolor y alegría, de un innecesario asesinato de la continuidad pero también de resurgimiento de lo necesario. La tarea es generar parientes como prácticas de aprender a vivir y morir bien: a) generar problemas, b) suscitar respuestas potentes a acontecimientos devastadores, c) aquietar aguas turbulentas, d) reconstruir lugares tranquilos. “Seguir con el problema” no requiere imaginar la construcción de un futuro seguro, sino estar verdaderamente presentes, no como un tránsito del pasado terrible o edénico a futuros apocalípticos o de salvación, sino como bichos mortales entrelazados en miríadas de configuraciones inacabadas de lugares, tiempos, materias y significados. El problema con el que hay que seguir es el de vivir y morir con respons-habilidad (capacidad de respuesta) en una tierra dañada.

 

Chthuluceno, que se compone de ctónico (seres de la tierra) y ceno (tiempo): ctónicoceno: el tiempo de los seres de la tierra, es el nombre que da Haraway a lo que otros autores llaman Antropoceno (era del hombre), Capitaloceno (era del capitalismo) o Plantacionoceno (era de los monocultivos). Parentesco raro es la relación, ni teológica ni genealógica, que une a los humanos, los no humanos y las máquinas para un florecimiento multiespecie. SF (por sus iniciales en inglés) corresponde tanto a ciencia ficción como a feminismo especulativo, fabulación especulativa, figuras de cuerdas, hechos científicos y hasta ahora (so far). Entrelazamientos a-causales e incluso contradictorios, como los juegos de cuerdas, ajenos a la metafísica. Método de rastreo; patrón y ensamblaje; práctica y proceso. “Seguir con el problema” requiere generar parentescos raros: nos necesitamos recíprocamente en colaboraciones y combinaciones inesperadas, en pilas de compost calientes (descomposición/recomposición; camada/deshecho). Devenir, significa devenir-con. Pensar significa pensar-con. Simpoiesis (fusionar entes). Simbiogénesis (fusionar genomas). Sinanimagénesis (fusionar vivos y muertos).

 

1) La oposición a la excepcionalidad humana (el humano separado del mundo y capaz de conocerlo -y dominarlo-) es el primer punto en el que surge un pensamiento femenino (ningún hombre -antes de la posmodernidad antimetafísica- se lo había planteado. Ni siquiera la religión). El pensamiento de la continuidad evolutiva (y el título “seguir con el problema” lo pone de relieve), e incluso de la continuidad humano-máquina se convierte entonces en parte del pensamiento feminista. Respecto a la metafísica Se rompe la continuidad entre el hombre y el mundo (del que se separa) y se le concede el privilegio de entenderlo (mediante el relato) y controlarlo (mediante la agresión).

 

El relato (mítico pero no por eso menos persistente) del hombre “…desde la esclavitud de la fantasía de las primeras palabras y armas hermosas, de las primeras armas hermosas como palabras: esa es la palabra (verbo) hecho carne a imagen del dios del cielo” (Haraway 2019, 183). “…este es el relato creador-del-Hombre, del cazador embarcado en una misión para matar y traer de regreso el terrible botín. Este es el relato de acción hiriente, mordaz, combativo… Todo el resto en este cuento fálico es atrezzo, terreno, lugar de la trama o presa” (ibidem). A ese relato opone (siguiendo a Le Guin) la teoría de la ficción y de la historia naturocultural como bolsa. “Lo último que quiere saber el héroe es que sus armas y palabras hermosas serán inútiles sin una bolsa, un contenedor, una red” (ibidem). El sintagma cazadores-recolectores no es una fusión (simpoiesis) es una oposición (metafísica). Pero ¡cómo pudieron esas humildes bolsas mantenerse en la historia! “…desde el primer momento generaron relatos, más ricos, más extravagantes, más plenos, inadecuados, continuos… sugieren historias de devenir-con, de inducción recíproca, de especies compañeras cuya tarea en el vivir y el morir no es terminar la narración, finalizar la configuración de mundos” (Haraway 2019, 184). Se opone así el relato del héroe como relato terminado al relato femenino abierto y no finalista, el relato de la recolección frente al relato de la caza que solo puede terminar en muerte y botín.

 

Respecto a la metafísica lo que se pone aquí en duda es la lógica entendida como un sistema de relaciones necesarias y por tanto el determinismo. Pero ese determinismo surge de las grandes abstracciones-universalizaciones metafísicas que conducen a las leyes universales: las matemáticas (que convierten todo en cantidad, en números: cuantifican el mundo) y el lenguaje (que convierte el mundo en palabras y en conceptos: lee el mundo). El relato (el mundo convertido en palabras) deviene en la forma de conocimiento y de control mediante las relaciones aristotélicas de causalidad, secuencialidad, verosimilitud, necesariedad, intriga (1). La bolsa evade las relaciones necesarias (lógica) entre las imágenes del mundo (las palabras) para propiciar las relaciones sorprendentes e inopinadas (de alguna manera aleatorias).

 

2) La alternativa de la simpoiesis a la autopoiesis es otro punto fuerte del pensamiento de Haraway que cita a M. Beth Dempster. Ésta, marca los sistemas simpoiéticos (generados-con) frente a los autopoiéticos (autogenerados) con estas cinco características: 1) sistemas producidos colectivamente, 2) sin límites espaciales o temporales autodefinidos, 3) la información y control se distribuyen entre los componentes, 4) los sistema son evolutivos y 5) pueden cambiar sorpresivamente. Los autopoiéticos se alinean en la oposición a todo estos términos: 1) sistemas autónomos, 2) con límites autodefinidos, 3) controlados centralmente, 4) homeostáticos (autocontrolados) y 5) predecibles. No sería difícil identificar a los autopoiéticos con la metafísica y a los simpoiéticos con la antimetafísica. Pero Haraway no defiende esta oposición como la defendería la metafísica y admite que simpoiesis y autopoiesis pueden coexistir (aparte de afirmar que Margulis quiso decir simpoiesis cuando dijo autopoiesis simplemente porque la simpoiesis no existía). Respecto a la metafísica lo que se pone aquí en duda es lo individual y lo colectivo y sobre todo el gobierno de lo individual sobre lo colectivo (autó-nomo, auto-definidos, centro-controlado, auto-controlado) y por otra parte la impredictibilidad es decir la no sujeción a patrones o leyes universales.

 

3) El concepto de SF podría tener su origen en la oposición a una biología  formada por unidades preexistentes delimitadas (genes células, organismos) frente a los holobiontes (ensamblajes simbióticos), más similares a nudos de diversas relacionalidades interactivas en sistemas dinámicos complejos. En el fondo el escepticismo ante la individualidad triunfante (metafísica) y los juegos de suma cero (en los que lo que pierde uno lo gana el otro, es decir cerrados) como modelos de explicación. Los holobiomas (sistemas de holobioentes) requieren modelos sintonizados, en los que los asociados (casi-individuales, casi-colectivos) no preceden a las relacionalidades (no son causales). Estos son los modelos de la biología EcológicaEvolutivaDel Desarrollo (eco-evo-devo). Volviendo a la SF la relación entre los distintos referentes se produce porque el hecho científico y la fabulación especulativa se necesitan mutuamente, y ambos necesitan al feminismo especulativo.

 

“Pienso en SF y el juego de cuerdas en un triple sentido de la figuración. En primer lugar, sacando fibras promiscuamente de entre prácticas y eventos densos y coagulados, intento seguir el camino de los hilos para poder rastrearlos y encontrar sus marañas y patrones cruciales para seguir con el problema en tiempos y lugares realmente particulares. En este sentido SF es un sistema de rastreo… En segundo lugar. la figura de cuerdas no es el rastreo, sino más bien la cosa en cuestión, el patrón y ensamblaje que requiere respuesta… En tercer lugar, hacer figuras de cuerdas es pasar y recibir, hacer y deshacer, coger hilos y soltarlos; es devenir-con de manera recíproca en relevos sorprendentes; es una figura de la continuidad en el Chthuluceno (Haraway 2019, 22). Respecto a la metafísica, en el SF se equiparan el hecho científico y la fabulación especulativa; la ciencia y la ficción. La diferencia entre lo real y lo posible desaparece. La probabilidad  (teórica) y la estadística (experimental) se equiparan a la verdad lógica y matemática

 

4) Pensar. De entrada se abandona el individualismo (el filósofo que piensa en soledad enfrentándose al mundo con la sola ayuda de su razón) por un pensar-con que es pensar en sintonía. Pasar el relevo, por un florecimiento multiespecie. Siguiendo a Vinciane Despret, el pensamiento no pretende descubrir la estupidez de los demás o ceñirse a un solo punto focal. Le interesa, cómo los seres se vuelven mutuamente capaces, dilatando las maneras de ser (ontología) y conocer (epistemología). A partir de aquí adquiere un compromiso: la amabilidad (como posición epistemológica). En palabras de Arendt se entrena para “ir de visita” (apreciar, afinar, ser curiosa, resintonizar, y ser amable). Nada está preestablecido, la sorpresa siempre es posible. Haraway recurre a ejemplos de relaciones entre humanos y animales (turdoides y vacas/cerdos) en las que encuentra confianza, sintonía, capacitación recíproca, adición, interés, atención, trabajo en común. Sin la lealtad artificial que sería hacerlo en nombre de una gran causa. Ir de visita para encontrar parientes inesperados, proponer lo imprevisto, cultivar la respons-habilidad, abrir versiones para que la historia pueda continuar. No representar la verdad sino ser testigos de la posibilidad de otras maneras de hacer algo que quizás sea mejor (resistir). Respecto a la metafísica, por un lado superar la individualidad y la causalidad. Por el otro superar la verdad (absoluta) por la posibilidad (relativa). Pero aquí se producen rasgos distintivos: el pensar-con (la sintonía), la amabilidad (ausencia de agresión) y la sorpresa, pero sobretodo la pérdida de la lealtad a las grandes causas de ecos lyotardianos.

 

5) Pensar desde un legado. Recalamos en uno de los conceptos más originales de Haraway: “comenzar desde historias situadas, desde relatos situados” (Haraway 2019, 202) siguiendo a Despret. Se trata de sustituir las relaciones de lealtad  a una causa o doctrina por algo que se puede confundir con la lealtad: el “pensar desde un legado”, es decir “permanecer en el compromiso de respetar aquello desde lo que hablamos, pensamos o actuamos. Significa darnos la oportunidad de aprender desde el acontecimiento y crear a partir de él” (Ibidem). Podríamos entenderlo como la fidelidad a nosotros mismos, a la propia coherencia a la homogeneidad de nuestra respuesta. “Situadas” quiere decir enraizadas en nuestra coherencia, nuestra historia, nuestro relato “nuestra verdad”. Y que quede claro que esa verdad no es la patrilínea humanista de la que la mujer ha sido siempre excluida. Es evidente que dependerá de qué verdad adoptemos (falo-logo-céntrica o feminista) eso, marcará el grado de alejamiento de la metafísica. Como mínimo la cuestión es relativa.

 

6) Los detalles  importan. “No es noticia que las multinacionales… estén enredadas en configuraciones de mundos multiescala, multimateriales, y multitemporales; pero los detalles importan. Los detalles enlazan seres reales con respons-habilidades reales” (Haraway 2019, 178). “Cada vez que sigo el rastro de un enredo y agrego algunos hilos… me convenzo un poco más de que seguir con el problema de la compleja configuración de mundos es el nombre del juego de vivir y morir bien (,) en terra” (Haraway 2019, 179). “Todos somos responsables hacia y de la conformación de condiciones para un florecimiento multiespecies ante historias terribles, aunque no de la misma manera. Las diferencias importan: en las ecologías, las economías, las especies, las vidas” (Ibidem). Respecto a la metafísica lo que se pone en tela de juicio es el mecanismo de abstracción-universalización-ley. No solo importan los universales, los grandes relatos (Lyotard). También importan los detalles (ver el apartado 8).

 

7) El pensamiento específicamente feminista: ¡Generen parientes, no bebés! “Las feministas de nuestra época han sido líderes en desenmarañar la supuesta necesidad natural de vínculos entre sexo y género, raza y sexo, raza y nación, clase y raza, género y morfología, sexo y reproducción, reproducción y composición de individuos” (Haraway 2019,157). Todos estos vínculo solo son producto de la dominación heteropatriarcal falo-logocéntrica. Cualquier tipo de ecojusticia multiespecie debe incluir a la diversidad de orientaciones y de realidades. Hay que desenmarañar los vínculos entre parentesco y biología-cultura y, por otra parte entre parientes y especies. Es urgente generar parientes simpoiéticamente, sinctónicamente (componer y descomponer). La dominación no es un asunto sinctónico. “Generar parientes es generar personas no necesariamente como individuos o como humanos” (Haraway 2019, 158). Este pensamiento es genuinamente femenino su relación con la metafísica es de denuncia de la dominación falo-logo-céntrica. Incluye la decosntrucción de las relaciones falocéntricas (sexo, raza, nación, etc.), la generación de parientes no naturo-culturales y de carácter sinctónicos (camada-deshechos y de pila de compost: deshacer/rehacer). Ver el apartado 9.

 

8) “Lo que importa” es una llamada recurrente en el pensamiento de Harway. “Importa qué historias cuentan historias, qué conceptos piensan conceptos. Matemática, visual y narrativamente importa qué figuras figuran figuras, que sistemas sistematizan sistemas” (Haraway 2019, 156). Importa como los parientes generan (paren) parientes (Haraway 2019, 159). Es quizá la llamada hacia una forma de pensar original más potente de su ideología pero no precisamente clara, hasta el punto que no me atrevo a desencriptarla. Intuyo que en la definición se encuentra la cosa definida (en contra del concepto de concepto) y que el principio de contradicción aristotélico no funciona. La simple opción por lo que importa en vez de por lo que es verdad, lo que es cierto o lo que es posible ya indica una opción radical. Por supuesto al margen total de la metafísica.

 

9) Compostismo y posthumanismo. “Soy una compostista, no una poshumanista: todos somos cospost, no posthumanos” (Haraway 2019, 157). Hay aquí un rechazo de la humanidad (entendida por la metafísica) y también de una posición posterior que trate de salvarla. Integrarse en la pila de mierda de los deshechos que se rehacen para formar los nuevos entes no solo nos transporta a la naturaleza cíclica (que no tiene un principio ni un final destacable) sino también a la naturaleza que puede prescindir de los humanos. No está en juego el fin del mundo sino el fin de los humanos… por su propia mano. La única solución es la ecojusticia multiespecie, la continuidad entre humanos, no-humanos y máquinas. También aquí el pensamiento femenino es absolutamente ajeno a la metafísica excepto por su denuncia.

 

10 Lo semiótico-material. Otro concepto difícil. Parece que se sitúa en en la conjunción de los físico y lo lingüístico (con todo lo que eso significa). En la página 170 Haraway nos habla de conjugar, lo que aplica tanto a lo físico: acoplar (amor), alternar en espacios públicos (gente), combinar (moléculas químicas), pero también a inflexionar (verbos), o coglobular (estrógenos). Se trata de que pasen cosas significativas, de que se produzca un campo de creación de significados semiótico-material. Punto de encuentro entre lo físico y lo semiótico, campo de pruebas de lo biológico y lo mental. Poco que ver con lo metafísico para el que la oposición material-espiritual es férrea.

 

11) Entrelazado artes-ciencias (Haraway 2019, 112). Otro concepto clave con el que la metafísica tampoco tendría mucho que ver. Haraway lo ve como prácticas simpoiéticas para vivir en un planeta herido. No todo es evolución. A veces surge la involución (ir contra corriente) pero eso no quiere decir que sea negativa. La involución puede potenciar la evolución de la vida y la muerte en la tierra.  A veces los juegos de suma cero no se cumplen. A veces los individuos rivales no son los protagonistas. Ciertas orquídeas imitan los órganos sexuales femeninos de las abejas para atraerlas. Quizás no todo es adaptación, mutación y selección natural. Quizás existen otros modelos mas complejos. Quizás existen prácticas creativas por medio de las cuales plantas e insectos se “involucran”. Quizás la memoria de los muertos envuelve a todos los bichos terranos. Haraway nos ofrece cuatro ejemplos de mundos configurados de arte-ciencia  (… para seguir con el problema). “Cada uno de ellos, generando-con y enredándose-con los tentaculares (ctónicos), que se enganchan y aguijonean por un continuo Chthuluceno generativo, es una figura de cuerdas SF de un devenir con múltiples especies” (Haraway 2019, 117).

 

El desgarrado. Abril 2020.




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