» 09-05-2020

Señoras y señores 45. Cuentos de hadas.

Re-veo “Miss agente especial” de Petrie. La primera vez la vi desde los prejuicios pero al final de la película vislumbré que quizás la película merecía una revisión. Es una película de catarsis en la que una agente del FBI poco femenina, pero también alejada de las relaciones humanas, se infiltra como aspirante a miss USA en un concurso de belleza. La catarsis le llevará a apreciar a esas mujeres que despreciaba, y a una forma de ser mujer que odiaba. Ella es el punto de vista masculino sobre la mujer, ese punto de vista que impone cual es la manera de ser mujer. Como no podía ser menos eso la conducirá al amor pero no como refociliación sino como colofón. Evidentemente la película es una fábula en la que tenemos que creernos que la calabaza se convierte en carruaje, pero el cine sin fábula, no es nada.

 

La diferencia entre el conocimiento y la acción, entre la reflexión y la política, es enorme. Los movimientos de liberalización se debaten siempre en esa disyuntiva. ETA recorrió el tránsito entre el pensamiento y la acción, entre la ideología y el terrorismo. Nos lo explica una reciente serie de Movistar. El punto de vista del hombre es mayoritariamente el de la acción. La mujer es más pacífica, no quizás más reflexiva (o reflexiva de otra manera) pero si más prudente. La cuestión es que el pensamiento masculino aúna la reflexión y la acción y resulta tremendamente invasivo. Y eso es como decir que el pensamiento femenino es avasallado y que en cuestiones de acción el hombre no tiene rival. Total. La mujer no puede ni pensar ni actuar. Y ahí y viene lo terrible. La mujer pensadora imita la forma de pensar del hombre y la mujer luchadora imita la violencia del hombre. ¿Quiere eso decir que el pensamiento y la acción son masculinos? No. Quiere decir que la mujer piensa de otra manera (que quizás no se llama pensamiento) y que actúa de otra manera que quizás no se llama violencia.

 

Hay que repetirlo para que se entienda. El pensamiento del hombre (la metafísica) no es el pensamiento del ser humano. La mujer piensa de otra manera, que por no ser analítica no es vinculante para ella misma. Es difícil hablar del pensamiento de la mujer desde el pensamiento del hombre, que no podrá sino delimitarlo, acotarlo, constreñirlo. Tenemos que pensar en una forma de pensar que no se ajusta a la nuestra y que por tanto no puede ser entendida. Eso es, por una parte una disculpa, y por otra una responsabilidad. Creo firmemente que  la mujer nunca estructurará su pensamiento por que no lo necesita, porque no se trata de pedagogía o de apología. Para la mujer su forma de pensar es una herramienta, una praxis, no una teoría. Y eso no supone que sea ni mejor ni peor que la forma analítica de pensar masculina. Y si repito lo de analítico es por que pienso que el pensamiento femenino es sintético y eso supone un llegar y no un partir, como resume al pensamiento masculino.

 

Y así llegamos a la evidencia: no hay posible comprensión entre hombres y mujeres desde nuestras respectivas formas de pensar. Solidaridad, altruismo, lealtad, tolerancia. Cuatro posiciones que no tienen que ver para nada con la racionalidad, y por lo tanto inocentes de ser masculinas, y que son el puente que puede hacernos pasar el abismo que nos separa. Dos formas de pensar irreconciliables y un puente. No es mucho pero es un principio. La agente del FBI atraviesa ese puente. Ella, a pesar de ser mujer, había escogido el bando ganador: las actitudes y la forma de pensar de los hombres como forma de blindarse, de des-emocionarse, de transfigurarse. Era una transmental como otros son transexuales. Pero el contacto con lo que desprecia la transfigura a través de las emociones, y abandona el mundo del género único y se abre al amor, a la relación. Quizás los cuentos de hadas no eran peores que los de Salgari o los de Jules Verne. Quizás eran incluso mejores. ¡Pero todavía falta!

 

El desgarrado. mayo 2020.

 




Published comments

    Add your comment


    I accept the terms and conditions of this web site