» 25-01-2024

Señoras y señores 93-0. Diferencias y tendencias 2. Panorámica.

Aunque en la anterior entrega (79-1 y 79-2) de esta sección (“diferencias y tendencias”) empecé a saco con el tema, voy a hacerlo de nuevo con esta entrega que presenta una panorámica. También expuse ciertas premisas sobre el método,  sobre todo acerca de la idoneidad del relato para abordar un tema que se aleja de la necesidad para adentrarse en las tendencias o sesgos percibidos. Sobre la bondad del relato como medio de conocimiento podéis consultar los blog con este nombre (“El relato”) en los que encontraréis las claves de la idoneidad que les atribuyo. Sigo en esta entrega a Luce Irigaray “En el principio era ella”, Editorial La Llave 2016(2012). Este  texto es a su vez un relato alternativo del relato habitual sobre el nacimiento del logos en la presocrática Grecia y si recurro a él es porque cumple a la perfección las condiciones para ser un medio de conocimiento, pero sin olvidar que es un relato y solo eso. Su pertinencia se basa en que el relato alternativo tiene los mismos visos de verdad que el original: circunstanciales. 

 

Estamos, pues, acercándonos al tema de las diferencias que existen entre hombres y mujeres, dando por supuesto que existen y que son significativas. Como es sabido el feminismo de la diferencia se opone al de la igualdad y entiende esta última como igualdad de posibilidades pero no estructural, aunque entre una y otra existan múltiples posiciones intermedias. Se podría resumir en que solo se puede tratar el tema de la igualdad de hombres y mujeres desde el respeto a sus diferencias… lo que implica conocerlas. Las diferencias analizadas no son universales, necesarias, aplicables a todos los casos, sino contingentes circunstanciales, lo que en el campo del relato se llama verosímil. Su valor de verdad es relativo y como en la decisión democrática, nos conformamos con que afecte a la mitad más uno de sus miembros (aunque no lo cuantificaremos, pues nos situamos en el campo de la cualidad y no de la cantidad). Evidentemente no es un método científico y solo puede tener el valor de hipótesis. Las diferencias que analizaremos son:

 

1.- Macho-hembra. La biología es determinante. El dimorfismo sexual es la primera diferencia que apreciamos en los seres humanos en relación con su comportamiento, siempre modelada por el hecho social y las características individuales, pero omnipresente en el inconsciente y presente en los cerebros más antiguos (tallo, cerebelo, etc.). 

 

2.- Análisis-síntesis. Enfrentarse al mundo descomponiéndolo en sus partes integrantes, más simples es característico del hombre. Hacerlo construyendo realidades complejas a partir de elementos simples lo es de la mujer. El niño despanzurra el juguete para saber lo que lo hace funcionar. La niña construye situaciones para sus muñecas introduciéndolas en mundos complejos.

 

3.- Razón/logos-emoción/misterio. El logos, la razón es un mecanismo para enfrentarse al mundo y dominarlo basado en el discurso, la palabra. Funda la metafísica como sistema de pensamiento hegemónico occidental. Las emociones y sentimientos son la parte complementaria (de la razón) que nos define como seres humanos. La razón tiende a despreciarlos como de segunda categoría pero la cruda realidad los tienen en gran estima.

4.- Odio/muerte-amor/cuidado. El hombre está en conflicto con el mundo que se le opone y lo contraría, cuando lo que desea el hombre es dominarlo y controlarlo. El mundo es un enemigo al que se odia hasta que se le vence. La mujer no está en conflicto con la naturaleza, por el contrario, se considera parte de ella y la respeta. Recoge los frutos que le da y se amolda a sus veleidades (“la rebequita”). El cuidado (amor) y la preservación son su respuesta.

 

5.- Dominio/uno-convivencia/dos. No solo el hombre está en conflicto con la naturaleza sino que plantea la dominación como única solución. No es el caso de la mujer que se amolda a sus designios y convive con ellos. Uno hace referencia al mundo generado por un solo género: el masculino y su logos. Dos es el mundo generado por por un hombre y una mujer (Irigaray).

 

6.- Abstracto (absoluto)-concreto (relativo). Desde Platón, el hombre presume una esencia tras la apariencia de las cosas que entiende como sus verdad. Para alcanzar esa esencia abstrae de lo real las características constitucionales. Existen diversas abstracciones de las que la cantidad (matemáticas) y verdad (lógica) son las fundamentales. La mujer vive la vida en lo concreto y en lo aparente. La abstracción le es ajena.

 

7.- Destruir (guerra)-conservar (paz). La violencia biológicamente primigenia predispone al hombre a dirimir sus diferencias a garrotazos. Destruir es dominar por el método directo. La guerra no es la anomalía que se opone a la normalidad de la paz sino al contrario. La posición de la mujer es conservar, hacer que las cosas duren y por supuesto aspira a la paz (en un mundo de hombres) a la que considera la tónica.

 

8.- Maestro-comunidad de saber. Entre las manifestaciones del dominio está la educación. El hombre tiene una irresistible tendencia a dar lecciones, a hacer acólitos de sus verdades y en definitiva a imponer sus ideas (Rancière). La mujer no ve la convivencia desde el adoctrinamiento. Somos distintos y nos manifestamos de forma distinta, lo importante es no llevarlo al terreno de la confrontación más allá de la necesidad de poseer la verdad e imponerla.

 

9.- Cultura-naturaleza. El logos funda el discurso y la palabra acumula conocimientos hasta conformar la cultura (Irigaray). La cultura se opone a la naturaleza en cuanto que mundo hostil. Para la mujer la cultura es una prolongación de la naturaleza.

 

10.- Ser (espacio)-devenir (tiempo). El hombre escogió el ser (la sustancia, la esencia) para fundar su conocimiento del mundo. Pudo ocurrir por su mayor simplicidad respecto al movimiento (el devenir), porque tapona el vació que dejó el olvido de la sabiduría femenina (Irigaray), por su conveniente abstracción o por que es el sujeto perfecto de la dominación, pero ocurrió. Para la mujer el tiempo, el devenir, es el maestro de la naturaleza (“El tiempo lo dirá”)

 

11.- Individuo (desarrollo)-especie (evolución). El hombre necesita escribir su vida desde la épica, la epopeya, la hazaña, el heroísmo. Necesita brillar por encima de los demás individuos de su especie. No es el caso de la mujer para quien su misión de procrear la especie, conservar la naturaleza, evitar los conflictos, la absorbe.

 

12.- Oposiciones-coexistencias. La metafísica (el sistema del logos, de la razón) se basa en pares de oposiciones (una forma negativa de “cerrar” el universo). Lo opuesto al odio es el no-odio que es un concepto más amplio que el amor y entre ambos: odio y no-odio cierran el campo. El mundo solo puede ser comprendido (desde el logos) si es cerrado. Para la mujer que ni está en conflicto y pretende conservar la naturaleza, la coexistencia pacífica de los opuestos (dialéctica) es más conveniente.

 

¿Es posible reducir todas estas diferencias a una o unas pocas? Seguro, pero sería aplicar el utilitarismo del logos: la navaja de Ockham.

 

Complementariamente contemplaré las fantasías colectivas con las que el hombre caracteriza sus relaciones con la mujer:

 

1.- Violencia necesaria.

2.- Prostitución.

3.- Pornografía.

4.- Esclavitud sexual.

5.- Brujería.

6.- Mujer fatal.

 

El desgarrado. Enero 2024.

 




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