» 09-10-2020 |
Visto y oído 55. Entrevista a Pedro Cavadas en el hormiguero 08/09/20.
El Sr. Cavadas es cirujano y pertenece a esa estirpe de médicos que se consideran científicos. Su proximidad con la vida y la muerte les ha convencido que ellos son humanistas por excelencia e incluso más próximos a Dios que a los hombres. Como ocurre con los jueces, los médicos -algunos médicos- viven en una nube que les hace pensar que son seres superiores. Salvar vidas (o condenarlas) es evidentemente un poder sobrecogedor que puede hacer enloquecer a cualquiera. En el caso de los jueces les lleva a pensar que en vez de ser meros aplicadores del derecho son sus intérpretes, e incluso en muchos casos, capaces de aplicarlo en equidad es decir según sus propios principios éticos. La desviación de los médicos es de otro tipo pues lo que terminan por pensar es que la cientificidad es la única verdad (la verdad científica) aplicable olvidando que -en su ignorancia- muchas veces lo único que pueden aportar a los pacientes es consuelo y resignación. Asistir al trámite de firmar una dispensa de responsabilidad que no se nos permite leer es muy parecido a las dispensas de responsabilidad que se autootorgan los políticos.
En esta línea el Dr. Cavadas insiste en la preponderacia de los técnicos sobre los políticos y en el carácter insobornable de la cientificidad en un a modo de tecnocracia, hoy ampliamente superada. Porque no podemos olvidar que la ciencia es hija de la metafísica y subsidiaria de todos sus presupuestos. La metafísica es un sistema de pensamiento -hegemónico en Occidente durante 25 siglos- cuyo esquema es la abstracción-universalización-ley. La abstracción como un método aproximado de obtener universales de los que deducir leyes generales que puedan captar toda la complejidad del mundo. Evidentemente se da por supuesto que se puede extender un isomorfismo (igualdad término a término) entre el método de pensamiento y el mundo. Para ello se basa en cuatro campos esenciales: el número (abstraer de la realidad la cantidad) que da origen a las matematícas; la lógica (abstraer la verdad mediante el lenguaje en una operación formal), el concepto (definir las cosas del mundo mediante la partición de lo sensible en clases idealmente disjuntas) y la igualdad de los hombres, las cantidades, las verdades (abstrayendo cualquier otro tipo de relaciones de desigualdad) que originarán las ecuaciones en matematícas, la ética, la política, etc.
Y la prueba de esa superación de la metafísica es que han aparecido en el SXX diversas formas de pensamiento como la meta-ética del pensamiento femenino del cuidado (Haraway, Puig), la posmodernidad de la deconstrucción de la metafísica, la diferenzia y la superación de los grandes relatos (Derrida, Lyotard), la filosofía de la diferencia (los pares de oposiciones no son excluyentes, pueden coexistir) y el pensamiento cibernético con su triada: bases de datos-computación-retroalimentación cibernética, del que se ha apoderado el capitalismo para convertir el ultraliberalismo en una dictadura. Pero no han sido los únicos. Tanto la fenomenología (Husserl) como la hermeneútica (Gadamaer) ya habían minado la metafísica entronizando la intuición y la interpretación o recepción de los textos. Hasta Platón excluyó de la metafísica el amor, el arte y la filosofía. A estas alturas del SXXI la metafísica es un vestigio del pasado (necesario pero insuficiente) que solo puede ser arrumbado. Y con él, la ciencia cuyos presupuestos metafísicos son más que evidentes.
En su afán de presentarse como príncipe del conocimiento Cavadas cita la física cuántica profusamente. Muchos neocientíficos plantean la alternativa cuántica como la superación de los principios aristotélicos de identidad (que se opone al probabilismo), al principio de no contradicción (que se opone a la filosofía de la diferencia: la coexistencia de onda y partícula, la determinación simultánea del momento y situación de una partícula o la localidad) y el tercio excluso (que establece los pares de oposiciones que distinguen fundamentalmente la metafísica: vida/muerte, espíritu/materia, técnico/político…). El Dr. Cavadas cita también a los gestores como si el ultraliberalismo no hubiera procedido en los 80, de Thatcher y Reagan, a integrar en el capital los gestores políticos, societarios y financieros en el contubernio del capitalismo de gestión. Es evidente que nuestro doctor se quedó en aquella revista “Jano” que editaban los médicos (y arquitectos) a la búsqueda de un barniz cultural que los ubicara en el humanismo.
Y con ello no quiero decir que no tenga razón en muchas de las cosas que dice pero, como Dios, escribe rectamente con renglones torcidos. Hay cosas que ya no se pueden defender: la preponderancia de la ciencia sobre cualquier cosa, la tecnocracia, la bondad de los gestores, o citar las física cuántica sin ponerla en su lugar científico: la filosofía. Como tampoco se puede echar toda la culpa sobre sujetos en vez de sobre una sociedad que (evidentemente manejada por esos sujetos) ha llegado a un nivel de inoperancia insufrible. El desarrollismo a ultranza y el progreso como única opción son los culpables de la ruina de nuestro planeta y de la política del culo: Cómo lo salvo, como lo aposento en una poltrona y como aforismo: al amigo: el culo; al enemigo: por el culo y al indiferente la legislación vigente. Pensar que todo esto se resume en confiar en la ciencia, en los técnicos y en los gestores es ser muy corto de miras. Un simple virus nos ha mostrado que el progreso no era imbatible (lo ha parado en seco) y que el desarrollismo no es omnipotente (no es capaz de desarrollar una vacuna, un tratamiento, ni siquiera de fabricarla para todo el planeta).
El virus se ha plantado en nuestro mundo (en España) porque no se investigado suficiente, porque se han recortado en medios humanos y materiales, porque se ha privatizado la sanidad, porque la geriatría es un negocio de multinacionales y en esas políticas no solo están implicados los políticos sino también los médicos que juegan a pelo y a lana y en definitiva toda la sociedad que ha permitido que los políticos se conviertan en los amos del calabozo: corruptos, mentirosos y demagogos. Nadie es inocente, lo que no quiere decir que los grandes responsables son precisamente los que se hicieron una Constitución a su medida para ser irresponsables (Leyes ad hoc, aforamientos, indultos, amnistías, recorte de los plazos de instrucción judicial, ley mordaza, concesión de incompatibilidades, irreversión de los recortes, etc.). No se trata solo de confiar en los técnicos y en los gestores de impuestos. Se trata de cambiar la mierda-democracia que tenemos, por desidia, desinterés y abandono. ¡No se les puede dejar solos y es eso lo que hemos hecho!
El desgarrado. Octubre 2020.