» 27-07-2022

Visto y oído 69. El nuevo programa de Wyoming y Trueba en la sexta: “Usted está aquí”.

Wyoming estrena nuevo programa los domingos en la Sexta. En diversos escenarios habla con Trueba de este país, y para abrir boca lo hace con el tema de la patria, sus símbolos y su aprovechamiento por parte de los partidos políticos. La tesis principal es el ab-uso que derecha y ultraderecha hacen del concepto y los símbolos de la patria como si fuera exclusivo patrimonio de sus formaciones. Oponen a esa situación un concepto de patria basado en el bien común y el servicio a la sociedad. No se es patriota por la exhibición de banderas y símbolos sino por la procuración de los ideales revolucionarios de 1789: igualdad, fraternidad y libertad. La tesis está bien pero resulta insuficiente por dos cuestiones: no solo es la (ultra)derecha la que se apropia de la propiedad de la patria (también lo hace la izquierda aunque de menor manera) y la sustitución de los españoles por España en un cambalache interesado que antepone el bien de España al bien de los españoles, con el consiguiente escamoteo de la soberanía popular.

 

Para el primer caso debemos recordar la “realpolitik” (el pragmatismo tan próximo al fascismo), y el sentido de Estado (la sustitución de los intereses de España por los de los españoles). Y eso se lo hemos visto hacer al PSOE en innumerables ocasiones. Sin la obscenidad de la apropiación de los símbolos, la izquierda también se apropia de la patria para sus intereses. Insisto: no de la misma manera que la derecha, pero de alguna manera, al fin. Para la derecha los culpables de toda recesión económica o crisis son los trabajadores por sus elevadas pretensiones salariales o sociales (el estado del bienestar) y por tanto la solución pasa por los recortes de salarios, pensiones y beneficios sociales (sanidad, educación, dependencia, etc.). Ahora mismo reclaman un “pacto”

por el que se rebajen las pensiones, el salario mínimo, los salarios por convenio, etc. como única manera de hacer frente a la crisis y a la inflación. Evidentemente eso no afectará a los beneficios empresariales, el aumento de ingresos de las energéticas y los bancos, ni a la fiscalidad de los más poderosos. Pero no podemos olvidar que la izquierda en su “sentido de Estado” ha recortado también los derechos laborales y sociales con el mismo fin… aliada o conchabada con los poderes fácticos.

 

La cuestión se resume en sustituir los derechos de los españoles por los de España. ¿Pero que es España en este contexto? Un conglomerado de intereses económicos y financieros que esconden una total desigualdad. Y de eso se trata, de que se esconda la desigualdad para que el grueso de los recortes recaiga sobre el pueblo llano, de la misma manera que las bajadas de impuestos esconden un trato de favor para los poderosos. Porque la Constitución dice en el título uno que la soberanía recae en el pueblo, es decir que los ciudadanos constituyen el único poder legítimo. Pero esa proclamación pronto empezó a ser retocada por los otros poderes legitimados, desalojados de su función histórica (la edad, el linaje, la fuerza, el saber) hasta quedar reducida al derecho al voto cada cuatro o cinco años, voto mediatizado por innumerables trabas (circunscripciones desiguales, listas cerradas y bloqueadas, voto rogado imposible, ley de proporcionalidad, mínimos de entrada en el parlamento, campañas dopadas, financiación ilegal, fraude electoral, etc.). Y así: “España va bien” pero los españoles lo pasan fatal, pagando el grueso de los impuestos y recibiendo las migajas del estado del bienestar en demolición. Durante la pasada crisis el número de millonarios aumento más del 10%. El número de trabajadores pobres ascendió al 30%.

 

De esa España están excluidos los perroflautas y los cómicos, los amordazados por la ley de seguridad ciudadana, los nacionalistas periféricos, los radicales, los comunistas, los abortistas, los eutanásicos, los altersexuales, los migrantes, los ateos, los librepensadores, los heterodoxos, las mujeres que no aceptan el patriarcado. Y por supuesto: los trabajadores que no aceptan su papel de simple gasolina para el sistema (Matrix), los jueces justos, los políticos honrados. España es un concepto peculiar. Los patriotas son esos que lucen signos y símbolos como medio de ocultar su ventaja, su diferencia, su privilegio. Su dogmatismo se alinea con el de la iglesia católica como Franco se alió con el nacional-catolicismo, con sus diáconos corruptos en perpetua campaña electoral (¿qué ha pasado de aquello de a dios lo que es de dios y al Cesar lo que es del Cesar?) cuando sus tropelías pedófilas se lo permiten. No solo se han apropiado de los símbolos y los signos de la patria. Esa España también les pertenece. Y se la han expoliado a los ciudadanos, desplazándolos de su papel constitucional de legitimarios de la soberanía popular.

 

Comprendo que el programa trata de ser fresco y espontáneo, pero un mínimo guión es necesario. No se pueden olvidar cosas de bulto, como la responsabilidad de la derecha y de la izquierda acerca de sus intereses espurios y sus objetivos mendaces. Por lo demás bien. Interesante y ameno. ¡O así me lo parece!

 

El desgarrado. Julio 2022.




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