» 25-07-2021

Visto y oído 70. “The gift”. La vuelta del relato mítico. Netflix.

Netflix tiene un valor añadido que es la universalización de cualquier tipo de cinematografías nacionales. No lo hace por afán cultural sino porque para vender en cada país hay que atender a las filmografías autóctonas. Pero el resultado es magnífico. Nos acerca a cinematografías que de otro manera el hermano americano y su control del mercado nos hubiera negado. Naturalmente tiene la contrapartida de que las producciones se conviertan en anuncios turísticos, propaganda de sus carencias políticas o simple demagogia. Finalmente todo queda en mano de los cineastas, incluso cuando las injerencias son evidentes. El cine ha lidiado con la censura toda su existencia. No hay razón para pensar que no sepan hacerlo ahora.

 

The gift es un relato mítico, una epopeya, una narración mítica. El héroe (en este caso heroína) emprende el camino que le ha de llevar a la salvación del mundo no sin pasar por múltiples avatares y contratiempos. La leyenda mítica (singularmente la epopeya de Gilgamesh) tiene su versión moderna en las “road movies”, en los biopics, las películas de catástrofes, pero también en los culebrones. En éstos, el amor romántico ha sustituido a la salvación del mundo, pero el dibujo de los caracteres (buenos y malos) se realiza de forma indeleble (incluso cuando mudan por exigencias de la modernidad: siguen siendo permanentes). Esta moralina ha sido habitual en el cine durante toda su historia, hasta Scott, Houston y quizás, en cierta medida, en el cine negro. Podíamos esperar su perpetuación wen otras formas, pero era difícil pensar en su regreso, en su foalgunas rmulación primigenia.

 

Para ello The gift se vale de un entorno mítico, como es el templo de Gobleki tepe (12.000 años)  y otros rastros arqueológicos turcos (probablemente los más importantes del mundo). Pero no se recrea, pues podría habernos mostrado Chatal Huyuk (7.000 años), la ciudad sin calles, y no lo hace. Estambul es visitado desde la distancia, aunque no se resiste a hacer algunas localizaciones en Namrut y joyas de la arquitectura árabe. Y hasta aquí el spoiler que desvela el argumento en su totalidad. Os quedan los detalles. Y el detalle principal es que esa Turquía que fundó la civilización (como, por otra parte, le ha pasado a tantos imperios) no está hoy a la altura de las exigencias de la democracia. Ataturk (padre de la patria) modernizó su país de forma drástica: no solo se occidentalizó en las costumbres sino que cambió el alfabeto árabe por el occidental e instrumentó las cosas para que, tras él, el país fuera una democracia. Y así fue durante unos años pero la islamización de la política de oriente medio trajo un fundamentalismo del que Turquía no pudo evadirse, aunque si atenuarlo. Erdogan no ha facilitado las cosas porque su afán de entrar en la UE se tropieza constantemente con el fundamentalismo y con su autoritarismo.

 

La serie nos muestra una Turquía idílica en la que las mujeres son iguales a los hombres (al modo occidental; sin estridencias), donde la religión es secundaria Allah es nombrado dos veces en tanto que dios lo es innumerables veces), la política no existe (no es nombrada ni una sola vez), la hijad no aparece jamás y todos los personajes son cultos, y educados en profesiones liberales y glamorosas (arqueólogo, artista plástica, diseñadora de modas o empresario). Este es el verdadero mito de la serie: la sociedad turca. Podríamos decir que la serie es doblemente mítica: por el argumento y por la puesta en escena. Y eso no quiere decir que sea mala ni que sea un panfleto propagandístico (siempre que sepáis deslindar el mito del culebrón). La actuación es correcta excepto por la protagonista… que es soberbia: un modelo de contención en la que cada sonrisa giocondesca es una explosión de encanto (y no son muchas). Finalmente tanto comedimiento: en los turístico, en lo actoral, contrasta demasiado con el descaro en maquillar la sociedad turca de lo que no es: no quieren enseñar lo bueno sino engañar con la cruda realidad. Y aún así, imprescindible.

 

El desgarrado. Julio 2021.




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