» 18-11-2021 |
Las cuatro temporadas de esta serie se distancian de lo habitual de las series en varios aspectos. En primer lugar cada temporada abarca un solo y único caso por lo que el habitual formato de independencia-continuidad desaparece. No es posible ver cada entrega como un episodio completo. En segundo lugar se plante como una serie multigénero (género cinematográfico). Con una base de novela negra (abogado perdedor, mujeres fatales, malos malísimos, estética ad hoc) los géneros como el western, el musical, el triller, aparecen y desaparecen a conveniencia del productor. En tercer lugar frente a planteamientos como la verdad en Kubrik, la amoralidad en Scott o la moralidad mojigata en Spilberg, la característica de la narración de Goliat es la complejidad de los personajes, a menudo contradictorios pero siempre difíciles (aunque en la tercera temporada parece diluirse como si el productor hubiera tenido una crisis de principios).
Se podría haber llamado David contra Goliat (o simplemente David, elidiendo al gigante) poniendo el acento en la desigual lucha de un abogado sin medios (y sin salud) contra las grandes corporaciones a las que se enfrenta, pero no ha sido así. El acento se sitúa en los poderos como si el resultado estuviera ya determinado (lo que no ocurre). También podría haber sido una serie de juicios y abogados pero no parece ser esa la intención del productor. Los juicios están al servicio de los protagonistas remarcando su complejidad frente a tramas menos complejas de pericia profesional, hasta el punto que la mayoría de los casos los gana por circunstancias cuasi-fortuitas. El sabor de novela negra regresa siempre en la marginalidad y el alcoholismo (apariencial) del protagonista y del elenco de mujeres que le envuelve. Porque los personajes femeninos son múltiples y poderosos, aunque su fatalidad está siempre rendida al glamour del abogado. Muy buena definición de los personajes femeninos, de gran complejidad frente a los caracteres planos y villanos de los hombres.
La intervención de lo onírico es importante invadiendo el género de los trillers sicológicos. Se mezcla el B/N y el color (un color desvaído, próximo al B/N) para señalizar esos pasajes de irrealidad, con evidentes ecos de western y de misterio. La muerte del abogado al final de cada temporada ayuda a toda esta parafernalia de sicologismo. El villano principal (el jefe de la oposición al abogado) se retrata en tintes de cómic (tenebroso, tarado, villanísimo) y se perpetúa (aunque no se prodiga) en toda la serie como corresponde a un villano que se precie. Al modo de “The good wife” o “The good fihgt” -referentes en cuanto a temas jurídicos de actualidad y de interés- “Goliat” aborda temas como los grandes bufetes de abogados, la mafia de la ecología del agua, el escándalo farmacéutico de los opiáceos, etc. lo que la aproxima al documental en la línea actual de fusión.
La serie se resiente del monotema de cada temporada, lo que conduce a “rellenos” y rodeos innecesarios. Para muchos, la acumulación de géneros tampoco será santo de su devoción (somos profundamente genéricos) pero la riqueza de los caracteres femeninos y la preponderancia del género negro seguro que obtienen lo contrario. La fotografia negra (y sepia) tampoco ayuda a los amigos del glamour del color. Pero la calidad de una serie se manifiesta en la intención (necesidad) de revisitarla (por el disfrute o por la complejidad) y esta serie admite, sin problemas, una segunda visita. Evidentemente debe haber series para todos -simples y complejas- pero cuando una serie arriesga en la forma y en el fondo- aunque no consiga grandes resultados, merece un apoyo. Hay muchas series (y películas) que sin lograr grandes reconocimientos han marcado un hito en el historia del cine como “El honor de los Prizzi que se adelantó 20 años a “Los Soprano”” o “Thelma y Louis” que revolucionó el cine feminista. Películas deleznables como “Miss agente secreto” introducen el tema del “pavismo” -que tan importante se ha vuelto en los social (Tiqqun) o en la publicidad, O así me lo parece.
El desgarrado. Noviembre 2021.