Este video se sustenta en un ejercicio inacabado y provisorio sobre algunos de los valores que nos atraviesan y nos piensan como sujetos sociales. Abordados desde la ironía, nos propone reflexionar a partir de tensar la relación entre el texto y su “correspondiente” imagen estereotipada utilizada para significarlo. A partir de esto se propone al espectador relativizar lo propuesto apelando al humor.

Cierra el video una breve reflexión sobre ser artista. Aquí también el discurso reductor e irónico, invitan a pensarnos como hacedores sociales en un entramado que continuamente establece jerarquías renovadas que al mismo tiempo condiciona y legitima nuestra (posible) originalidad.

Ser social (y ser artista) es sentirnos atrapados en una red que “nos piensa” y “nos guía” con hilos muchas veces invisibles y naturalizados. Mirarnos en ese espejo propone reírnos y sabernos humanos. Es reconocer la insuperable banalidad de la existencia humana y la originalidad cultural, por el contrario, como producto de unos esfuerzos muy especiales (parafraseando a Boris Groy).