Los seres humanos tendemos a establecer vínculos entre nosotros, en muchos casos tan fuertes que no se llega a imaginar la vida sin ellos.
A través de cosidos reales, realizados en la palma de mi mano, se establece una simbiosis entre la unión, la separación, el dolor y el cariño. Esta acción supone atravesar mi piel para que un factor externo pase a formar parte de mi cuerpo.
Esta performance es un registro simbólico de la pérdida; del olvido de un ser querido. Una acción ritual y a la vez contradictoria entre el deseo y el rechazo, la dependencia y la independencia en donde al final ya nada queda; tan sólo huellas de momentos vividos.