El rey se va (abdica) y los media y la casta se vuelcan en elogios. Artífice de la transición, guía de la consolidación de la democracia, azote de golpistas. Atrás quedan los “annus horribilis” de la monarquía española: Caso Noos, cacerías de elefantes, amigas íntimas, separaciones matrimoniales de facto y de iure, herencias no declaradas, la superprotección de Hacienda, aforamientos a medida, el lío de los DNI de la Infanta Cristina, yernos presuntamente drogatas o ladrones, niños con armas, etc. Todo muy natural en unos Borbones de bragueta históricamente fácil, proclives al tráfico de influencias (Colón de Carvajal) y con pasión por las cacerías y los grandes coches. Nada diferente de lo que pasa en otras casas reales excepto por la transparencia que es lo que marca la diferencia en este país.