» 2024-09-21 |
Señoras y señores 112. El agotamiento del desarrollismo.
¿Son los movimientos sociales coherentes con los planteamientos intelectuales del hombre? No del ser humano, sino del hombre. Si bien es cierto que la mujer fue expulsada del saber y del maestrazgo también es cierto que nunca puso un gran empeño en ser readmitida. Su posición ha sido durante milenios de desinterés. La aventura del mono loco le ha parecido siempre ajena, distante, ¿descabellada? Hoy las cosas podrían parecer diferentes: la mujer reclama una igualdad que en otros tiempos no le pareció empresa suficiente como para rebelarse. Cierto es que el hombre ha incumplido su pacto biológico de alimentar y proteger a la familia nuclear, mandando a la mujer al trabajo extrahogareño y ¡pacta sum servanda! Solo por eso estaría justificado que la mujer exigiera compensaciones. Tampoco es ajeno el tema de la contaminación. La igualdad que el hombre le ha ofrecido a la mujer es que se convierta en igual al hombre sin que él cambie su posición de modelo a seguir y esa mezquina posición se le ha vuelto en contra: la mujer piensa como el hombre y por tanto trata al hombre como aquel mismo trata a la mujer: como un objeto, como un instrumento para alcanzar unos fines que han resultado inasequibles a la contaminación. Las mujeres son un pueblo galo que resiste al asedio de los hombres (los romanos) merced a una fórmula mágica que aquellos no poseen pero que solo Obelix (el feminismo militante) posee permanentemente. Las demás deben rearmarse de pócima cuando la presión de los hombres se acentúa y como en el día de la marmota esa situación se restablece, al principio de cada capítulo. La contaminación por los hombres es evidente pero también lo es su irreducible independencia reiterada en la sentencia ¡están locos estos romanos!
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