Continúo con “La pintura en el texto” (pág. 83-101) comprendido en “El destino de las imágenes” de Jacques Rancière. Prometeo. 2011 (2009). En la anterior entrega Rancière nos hablo de qué es la pintura, qué es el arte, la imposibilidad de conceptualizarlo como otra cosa que como un ruptura con otro régimen de identificación anterior a él, la existencia de tres regímenes estéticos de identificación (otra articulación entre: prácticas, formas de visibilidad y modos de inteligibilidad): ético, representativo (mimético) y estético, la mimesis y la semejanza como algo más que la imitación, la desfiguración como estrategia para llegar al régimen estético (El reemplazo de un objeto por la luz de su aparición; epifanía de lo visible; autonomía de la presencia pictórica; traducción de la pura fuerza de la necesidad interior”). Nos habló de la planitud del soporte greenbergiana y de su no esencialidad en la modernidad y para acabar esta rememoración, la forma relato del régimen representativo (ut pictura poesis: así com la poesía, la pintura) y su peculiar relación entre las palabras y las formas (lo decible y lo visible) y el cambio que se produce en esa relación en el régimen estético.