» 2016-03-30 |
Vídeoarte TV y pornografía sin sexo explícito.
En los años sesenta, coincidiendo con la generalización de la TV, McLuhan dijo aquello de que el medio es el mensaje, es decir que es más importante el vehículo que el contenido (a muchos conductores les pasa lo mismo). Y es evidente que la televisión tenía presunción de verdad (“Lo ha dicho la tele”). Influía en esta percepción la economía de escala: algo tan grande y tan complejo no puede albergar la mentira. Pero también el que se trataba de una amplificación de la palabra de los políticos que también poseían la presunción de verdad (porque eran grandes hombres, es decir, de nuevo por la economía de escala). También la confusión entre informativo y verdad (se pensaba que los informativos no eran manipulables, que no se podía mentir con las noticias). Aquella televisión era todavía una televisión acústica, en el sentido de que la perfección de la imagen estaba muy por debajo de la perfección del sonido. De hecho heredaba de la radio la presunción de verdad pero amplificada y engrandecida a una escala mucho mayor y más compleja al añadirle la imagen, no la imagen como perfección sino la imagen como complemento de la voz, como presencia.
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