Comento una vez más la colección de RBA que publica La Vanguardia sobre filosofía dedicada esta semana a Wittgenstein, firmada por Carla Carmona. Si el Tractatus basaba la lógica en el lenguaje, identificaba la filosofía con la lógica y separaba a esta del mundo (que solo podía mostrar pero no explicar), en lo que fue una reelaboración de la lógica de Frege y Russell, hasta llegar a la ética, delimitada por el silencio, y a la vida, las “investigaciones filosóficas” van, en gran manera, a contradecir lo hecho. Continúa la investigación sobre el lenguaje que se va a desconectar de la lógica en favor del lenguaje cotidiano. El lenguaje debe describir y organizar la mirada. La gramática se convierte en el eje que articula el lenguaje. La filosofía tradicional sigue siendo una manera de enredar las cosas cuando debería clarificarlas y la sicología cobra un valor negativo similar al de la filosofía. Pero no todo son contradicciones. Muchos de los fantasmas de W. siguen incólumes e insistiremos sobre lo que resiste de esta embestida brutal, que se gestó durante 20 años.