En cuanto aparecieron las candidaturas de concentración popular, Podemos a la cabeza, los partidos de la casta les tacharon de populistas. Ya hemos hablado de este tema y de lo que significa populismo (Reflexiones tipográficas. Populismo). Lo que ahora nos interesa es los hechos que confirman o desmienten esas afirmaciones. Aguirre fue una de las más virulentas pero no le fueron a la zaga Sánchez, Rajoy, etc.

Hay algo que me parece diferenciador entre las antiguas políticas y las actuales. Ahora se antepone el bienestar de los ciudadanos al bienestar de la nación (?). Durante años nos han ido convenciendo de que si la nación va bien todo va bien. La economía era la apuesta ganadora. Sin embargo el bienestar de la nación y el bienestar de los ciudadanos difiere. La nación puede estar creciendo cuando el bienestar de los ciudadanos puede estar menguando. De hecho es así. El número de millonarios crece en plena crisis cuando el sufrimiento de los ciudadanos aumenta de manera proporcional. Vivimos en una cultura que solo contempla la macroeconomía (la del estado) y descuida, lamentablemente la microeconomía (la de los ciudadanos).

Podríamos establecer un paralelismo entre una sociedad como la estadounidense inmersa en un estado estructural de violencia y la sociedad occidental, inmersa en un estado estructural de seducción. Para los estadounidenses la posesión y utilización de armas de defensa es un derecho inalienable. Desgraciadamente, de vez en cuando, un iluminado organiza una matanza por motivos que varían entre el hastío y el racismo, abusando de un derecho que dentro de la sociedad de consumo es incontrolable en los parámatros que se establecen en EU. 

Salen a la luz los casos de acoso sexual y laboral que sufren los integrantes femeninos del glorioso ejército español. Es evidente que no mienten. Nadie inventaría esas historias tan ridículas. El ejército español es un nido de machistas y la justicia militar no es justicia… o por lo menos es una justicia ad hoc.  Ver a esas mujeres da pena. Son guapas, deseables y por encima de ello son militares de vocación. A todas les ha costado enfrentarse a la dura realidad de que sus superiores solo (o además) las ven como objetos sexuales. Todas han acabado expulsadas del ejército. Aquí, como en la corrupción, el que no denuncia es tan culpable como el que pilla. Es triste pero, como en el caso de los políticos, debemos colegir que todos son culpables.

Entra en vigor el nuevo código penal. ¡Estamos de albricias! Este reformado código ético de convivencia mejora sustancialmente el código anterior corrigiendo aquellas desviaciones que la evolución de la sociedad pone en evidencia. Por ejemplo en la financiación ilegal de los partidos. Una vez comprobado que por debajo de 500.000 € (¿Por año, por entrega, por día?) no es significativa la repercusión en la sociedad de los hampones que cambian dinero por favores, se fija en esta cantidad la responsabilidad penal. Evidentemente no se le apareja un cargo de corrupción, al hecho de financiar ilegalmente un partido, por que la mayoría de estas financiaciones, como es público y notorio, son por simpatía personal y no para obtener favores. 499.999.99 € esa es la cantidad exenta. No da para un gran favor pero si para un favor de tomo y lomo… siempre y cuando, como ocurre con los contratos administrativos, no se fraccionen los pagos en diversas entregas.

Asisto a una visita guiada a la exposición de Tàpies. Una sugerente experta, de buena talla, melena leonina y vestida de progre (pantalón indio, blusita tenue que destaca dos pezones de inasequible firmeza, sandalias) será nuestra guía. Es, indiscutiblemente, la autora del texto pero su nombre no figura en ninguna parte, como curadora o cualquier otra cosa. Como no puede ser un olvido deberemos colegir que la era de los curadores ha terminado en la Tàpies. 

Nunca las mujeres fueron tan seductoras. La antigua norma que decía que no se pueden enseñar piernas y tetas a la vez ha desaparecido. las mujeres enseñan las piernas hasta más allá del culo y lucen generosos escotes que muestran parte de sus senos. Los escotes (la estrategia fundamental de la seducción) se multiplican. Amplias sisas axilares muestran la ropa interior o una visión inédita de los senos. Los pequeños pantalones se adentran en los glúteos con naturalidad y si son desbocados anuncian las ingles brasileñas. La mujer se ha convertido en un catálogo de seducción. Y no solo ella. Ellos también se apuntan a la seducción. Los cuidados del cuerpo masculino se multiplican. La depilación es normal, la “tableta” deseable, la peluquería es ya estilística e incluso la barba (reducto estético de la masculinidad) ha sucumbido a las pociones de belleza.

Lo que se dirime en Grecia no es si han hecho los deberes, si han mentido o sin son malos alumnos de la madre Alemania. Lo que se dirime es el sufrimiento de los ciudadanos. ¿Es una unidad (UE) la que exige que se les exprima? No. En una unidad no se debe pedir que algunos sufran más que el resto. Por lo tanto no es una unidad. Es un contubernio que simplemente abusa de los más débiles. Grecia ha roto las negociaciones con Rotermeyer. El pavor invade el país. Los bancos cierran para evitar la fuga de capitales. ¿Podrá la UE afrontar semejante descrédito?

La crisis se acaba (eso nos dicen) y las ventas inmobiliarias crecen. Es un buen momento para comprar. La cuenta es sencilla: si pago por un alquiler lo mismo que la cuota de una hipoteca ¿por que no comprar? Claro, que lo que pasa hoy no tiene por que pasar mañana. Los precios ha caído un 35%. Los bancos recomienzan a dar créditos. ¿Estamos ante el reinicio de la burbuja? ¿Cuales son las razones para que la burbuja inmobiliaria sea tan persistente?

Otras veces he comentado la increíble capacidad maquiavélica (y por tanto política) del president Mas. Sus maquinaciones en la oscuridad, su inflexibilidad en cejar en sus intenciones unida a su opacidad en expresar sus motivaciones, así como su capacidad para permutar medios y fines o construir alternativas imaginativas, que lo convierten en el político más complejo del panorama español (con perdón por lo de español). Sin embargo para Rancière la política no es eso. No se trata de maquinación, ni de maquiavelismos. Para Rancière la política es la reconfiguración de la división de lo sensible, entendiendo como división de los sensible las múltiples formas en que el espacio real se configura de acuerdo con la situación social, intelectual, etc. del momento.