» 2019-09-27 |
Catadeu 62. La cuestión catalana. Descornar al unicornio.
El problema entre independentistas e integrista es muy sencillo: no se fían los unos de los otros. Pero añaden una seña que lo complica: es normal que yo no me fíe de ti pero no es normal que tú no te fíes de mí. La presunción de inocencia se debe aplicar a rajatabla. Si los detenidos son independentistas su presunción de inocencia es sagrada. Por otra poarte los independentistas pueden sospechar que los integristas no actúan de acuerdo a derecho siempre que quieran (y viceversa. La desconfianza es así). Este juego de tuyas a mías ha funcionado así desde que empezó la fiesta. Nuestro pueblo no es violento, el vuestro sí; nuestros políticos son honrados, los vuestros no; nosotros tenemos derecho a la independencia, vosotros no tenéis derecho a negárnosla. En una palabra, para cada una de las dos facciones el otro es la bicha, el terror, la debacle. Dicen que quieren dialogar. Es mentira. Nadie dialoga con alguen a quien no se concede la posibilidad de la palabra.
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