» 2024-10-02 |
La condición humana 7-1. Los orígenes del pensamiento. Instinto y razón.
El humano se origina en la superadaptación, la posibilidad de adaptarse a cualquier entorno y sobrevivir. Esta superadaptación no puede ser cuestión evolutiva por cuanto la presteza es esencial. Para ello hace falta desarrollar un nueva forma de pensar superior (o por lo menos posterior) al instinto, capaz de reaccionar al medio con enorme celeridad. El sistema nervioso ya había provisto al humano de un mecanismo de reacción (basado en la percepción) inmediato: el sistema de huida/lucha que velaba por la supervivencia. Se trataba ahora de reconducirlo hacia otro cometido: relacionar percepciones del mundo para establecer estrategias de acción diferentes de la supervivencia inmediata (pero sí a largo plazo). En este proceso las armas tradicionales (activas y pasivas; materiales y funcionales): pezuñas, cuernos, garras, armaduras, olores, venenos, simulaciones, etc. Ya no sirven pues los enemigos pueden cambiar en lapsos de tiempo muy inferiores al necesario para desarrollarlas o adaptarlas. La nueva arma de la superadaptación es el pensamiento: la capacidad de analizar la situación y decidir cual es la mejor respuesta. Requiere dos elementos: la relación y la decisión poco o nada presentes en el sistema instintual y por otra parte que ya estuvieran presentes para otras cuestiones de las que pudieran ser reorientados.
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